La carretera de Jesús ha tenido que ser retocada en varias ocasiones para arreglar una obra defectuosa.

Decepcionaremos a quienes crean que este periódico perderá un miligramo de fuerza, de pegada, de «punch» que se diría en términos pugilísticos, con el cambio de director. No lo hará en absoluto. Estamos comprometidos con el periodismo. Contamos noticias y lo hacemos con el máximo rigor y honestidad de que somos capaces. Llevamos más de tres años haciéndolo y seguiremos en la misma línea. No vamos a copiar a nadie. Mi antecesor al frente del Periódico de Ibiza y Formentera, Juan Mestre, ha imprimido un carácter y una personalidad propia a esta cabecera, junto con un equipo joven y valiente, profesional y capaz. La senda está trazada y no queda más que seguir el camino.

Sentimos mucho respeto por cualquier otro medio de comunicación, pero queremos seguir siendo distintos y no desandaremos el camino andado. Cuando las cosas funcionan, no hay por qué cambiarlas. De modo que sepan nuestros lectores, nuestros suscriptores y nuestros anunciantes que las cosas van a seguir como hasta ahora. Nadie espere cambios sustanciales ni en nuestra línea editorial ni en nuestro estilo. Hacemos periodismo y contamos cosas. No pretendemos ser más que nadie, pero tampoco menos. En un tiempo donde la prensa en papel no vive sus mejores momentos y donde las dudas sobre el futuro son intensas, nos reivindicaremos cada día con una sola palabra: periodismo. Cuento con que cometeremos errores, aunque procuraremos evitarlos. Estoy seguro que a muchos no les gustarán las informaciones que publicaremos, lo sentiremos mucho por ellos. Nada de eso evitará que contemos las noticias que sucedan en las Pitiusas con el máximo rigor y el mayor nivel de autoexigencia. Como hasta ahora. Llamando a las cosas por su nombre. Al pan, pan. Y al vino, vino. No sabríamos hacer otra cosa y yo les aseguro que no la haremos. La coherencia y la honestidad es, a la postre, lo único que tiene un medio de comunicación. Y no lo tiraremos por la borda.

Lo barato sale caro.

La constructora Vías y Construcciones SA es la responsable de una de las mayores chapuzas perpetradas en una obra pública en Ibiza en los últimos años. Los apenas 800 metros de carretera construidos de forma más que deficiente, ya fuera por mala ejecución o por el uso de materiales de baja calidad (o por la combinación de ambos factores), debieran servir para excluir de plano a esta empresa del concurso de la reforma de la carretera de Santa Eulària. Sería el colmo que el premio a haber hecho pasar un infierno a los vecinos de Jesús, sea ahora otorgarle la obra más importante que ha de acometerse en Ibiza en esta legislatura.

Cabe pensar que su oferta, la más barata de las ocho que se han presentado al concurso, es temerariamente baja para lograr la máxima puntuación en el aspecto económico. Pero el Consell d'Eivissa debe evitar a toda costa que una empresa incapaz de hacer una carretera como la de Jesús, pueda hacerse con el desdoblamiento de Ca na Negreta por la vía de pesentar una oferta que incurre notoriamente en baja temeraria. Pero en materia de contratación pública no cabe descartar nada nunca, porque los caminos de la Administración son inescrutables, como bien saben algunas constructoras.

Feliz domingo a todos.