El año pasado llegaron a Balears 6.723 trabajadores de otras comunidades, principalmente de Andalucía y Catalunya, como es habitual, y solo se marcharon 3.532. De hecho, las Islas, Catalunya y Madrid, son las únicas comunidades que presentan saldo migratorio neto positivo, es decir, la diferencia entre llegadas y salidas de trabajadores. En Balears, incluso en los años más duros de la crisis, siempre llegaron más trabajadores de los que se marcharon.
De hecho, las Islas son la única comunidad autónoma que en los últimos años siempre ha crecido la población activa, en contraste con el descenso registrado a nivel estatal, de acuerdo con los datos que publica el Instituto Nacional de Estadística (INE) en la Encuesta de Población Activa (EPA). Esto significa que se incrementa el número de personas que se incorporan en el mercado laboral, bien porque tienen empleo, bien porque lo buscan. Y es que pese a que Balears llegó a rozar los 100.000 parados, las posibilidades de encontrar trabajo son superiores que en otras comunidades.
Precisamente así lo avalan las cifras del paro y de afiliación a la Seguridad Social. Las Islas son la primera comunidad en recuperar el nivel de empleo previo a la recesión y durante más de un año han liderado el descenso del paro y de creación de empleo.
En contrapunto, cabe señalar que el dinamismo laboral de las Islas está basado, en su mayoría, en puestos de trabajo que requieren baja cualificación profesional por la gran vinculación de la economía balear al sector servicios. Esta situación facilita la llegada de personas con difícil ocupabilidad en otros ámbitos y otras autonomías.
De todos modos, la mayoría de sectores empresariales apuestan cada vez más por contratar a trabajadores formados con el objetivo de incidir en la calidad de la oferta.
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