Calles empedradas, escaleras con vistas panorámicas y lugareños dispuestos a enseñar al visitante los encantos de Dalt Vila, se fusionan para mostrar la otra cara de Ibiza. «Pero la cosa ha cambiado. Ya no tenemos al turista que gasta y que no mira la cartera», asegura la dependienta de una de las tiendas de accesorios de la zona. Y es que, ni siendo visita obligada alcanzan las cifras de ventas de décadas anteriores.
«Tenemos ilusión porque cambie esta situación, pero va a ser difícil recuperar lo que hemos perdido», dicen algunos empresarios que no pierden la esperanza de volver al trajín turístico de antes.
Por sus históricas calles se respira la tranquilidad común de un mes de noviembre, no de agosto, y la facilidad de encontrar un sitio para descansar en esa terraza que te han recomendado. «Esto es culpa del cambio que han hecho en el Reina Sofía, donde antes aparcar era gratis y ahora es de pago», murmuran algunos.
Tampoco ayuda al sector de la restauración el mal tiempo. «Sí que es verdad que vemos más movimiento, pero el gasto sigue siendo mínimo. Además hay mucho turismo joven, incluso adolescente, y su nivel adquisitivo es reducido».
Mientras unos cierran sus puertas antes de tiempo por recibir «visitas a cuentagotas», otros alargan su jornada laboral «por si tenemos sorpresas de última hora que mejoren la jornada». El nuevo perfil del turista tiene claro el dinero que destina a sus compras y comidas y es difícil que se «salga de la pauta», cuenta la empleada de una pequeña tienda. Lo que está claro es que cada uno decide en qué invierte durante sus vacaciones y en muchas ocasiones es el azar quien juega a favor o en contra de los empresarios de Dalt Vila. «A veces y por casualidad ha entrado alguien y ha hecho la compra del día porque justo ha parado en nuestra tienda», dice uno de los muchos hosteleros.
Suerte o no, los números no cuadran y el cambio que sufre el turismo en la isla es una realidad difícil de aceptar.
8 comentarios
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Precios abusivos, los mismos escaparates año tras año .... La culpa de no vender es de los demás
Hace unas semanas se decía que es que no había turistas, debido a las peatonalizaciones. Sic. Yo paso un par de veces cada semana. Y, como aquí ya se corrige, hay gente, y mucha. De hecho en Vara de Rey, más que nunca. Ahora es que los que vienen no gastan. Otra inexactitud: los bares, restaurantes, heladerías... Están a tope. Las tiendas? Pues miren ustedes, hay dos motivos: uno, ningún turista ya compramos tantos souvenir como hace años, ya no es costumbre, y dos, muchos negocios venden lo mismo desde hace décadas, hay que cambiar el producto. Trabajen por ahí señores comerciantes. Renovarse o morir.
Que si, que es todo una ruina, que Ibiza esta vacia...
Demasiado ... MERCADILLO CUTRE ¡¡¡ Como el de la Plaza del Parc ¡¡¡ Ahora mismo la Plaza está vacía y son las 12,30 de la mañana por el solazo y el calor. Y es así desde que Pepito el Leñador arrasó con los árboles que eran el alma de la Plaza
No es que se gasten menos, es que cada vez hay más puestos de venta de productos y eso hay que repartirlo. Cada vez más gente quiere participar en el reparto de ese pastel, como bien dice mkd22.
tal vez falla algo; el precio o el producto (incluyendo la relación precio-producto), que la gente, tonta no es.
Se anuncian diez días en crucero por el Mediterráneo con escala en Ibiza por 699€. Se ha preparado Dalt Vila para acoger a este turismo en grupos de visita organizados en detrimento del turista sólido que nunca se mezclara con este, indolente y conformista, que recurre de la oferta ilegal. Ahí está el resultado: no dejan ni para limpiar las murallas de malas hierbas que, por cierto, presentan un aspecto lamentable de abandono y suciedad. Pero este abandono y esta suciedad no importa a estos turistas porque les es complementario. Lo fácil es tentador y lo único posible del político mediocre.
Todos queréis vuestra parte del pastel y sois parte importante de la economía de la cuidad, no solo por el dinero que movéis, sino por el empleo generado. Pero quizás parte del problema también esta en que cada vez sois mas a repartir el pastel. La proliferación de pequeños negocios en el puerto estos últimos años es enorme. No se ve ni un solo local cerrado, en cualquier pequeño espacio se abre algo y eso tampoco os ayuda.