Tenemos que dar gracias a Santa María, patrona de Ibiza, por la gran noticia con que Aena nos obsequió el pasado viernes, la víspera de la fiesta grande de Vila. A partir del lunes, los indígenas que habitualmente viajamos entre las Islas Baleares con mayor o menor habitualidad, que en verano constituimos un porcentaje realmente exiguo del conjunto de usuarios del Aeropuerto de Ibiza, no tendremos que hacer cola junto al resto de pasajeros, sino que tendremos un acceso preferente, aunque haya que compartirlo con los pasajeros en sillas de ruedas y que lleven bebés en cochecito. Se nos otorga así una gracia suprema para que los embarques sean más rápidos y menos dificultosos que hasta ahora. ¡Loado sea Dios!
Se diría que con esta pequeña facilidad, que los mallorquines y quienes por allí pasan cuando vuelan entre islas ya disfrutan desde hace años, se pretende que nos olvidemos la calamidad que supone la gestión del aeródromo de Es Codolar, dirigido por Roberto Llamas. Aún tenemos en la retina las lamentables imágenes de la huelga de personal de limpieza, con basura por todo y una peste que ni en Ca na Putxa. Y las colas para pasar los filtros debido a la huelga de personal de seguridad de Prosegur. Pero no seamos desagradecidos porque ahora nos vengan dando algo que ya tenía Mallorca hace años. Para el año que viene igual conviene que la Medalla de Oro del Consell d'Eivissa sea para Llamas. Aunque no nos precipitemos. Cuando el aparcamiento del Aeropuerto que él dirige nos de 15 minutos de estancia gratis para parar a dejar o a recoger a algún familiar o amigo, como sucede en el de Palma, entonces ya sí valdrá la pena darle tan alta distinción. Esperemos dos o tres años, que es lo que suele tardarse en copiar a Mallorca, si es que llega a suceder, cosa que personalmente dudo.
Terraferida.
Hace unos días Terraferida metió la pata de forma estrepitosa en su cuenta de Twitter. Es normal porque no se puede estar en todo y claro cuando uno dedica tantos esfuerzos en soplar las cornetas del apocalipsis y en advertir del fin del mundo, pues que se les pasó la noticia de que el acceso a la carretera que lleva al Faro de Barbaria en Formentera está cortado desde el 1 de julio hasta el 15 de septiembre. Publicaron una foto de las proximidades del faro con las cunetas repletas de coches y un anuncio parodiando la película Lucía y el sexo: «Lucía no encuentra sitio donde dejar el ciclomotor». Rápidamente desde el perfil de la Conselleria de Medi Ambient le contestaron con una imagen de la barrera instalada que no permite el acceso de coches ni motos. «Este año Lucía tiene que dejar el ciclomotor antes de la barrera», le respondieron. ¡Zascas!
Este patinazo me ha recordado a los de Prou! denunciando el exceso de hamacas en Cala Molí y al día siguiente el comunicado del Ayuntamiento de Sant Josep diciendo que enviaron al celador y que no había exceso de ocupación por parte del concesionario. ¿A quién creer?
Discotecas flotantes.
Este viernes hubo una protesta muy sonora en Es Martell, pero como casi todas las protestas que se llevan a cabo en esta bendita tierra, no servirá de nada. Me gustaría equivocarme. Castanyoles contra yates de lujo, no hay color. Lo mismo da que monten en sus cubiertas discotecas al aire libre, me pregunto yo con permiso de quién. Ibiza es una isla ruidosa y nada hará cambiar esta realidad, al menor a corto plazo, porque no hay ninguna voluntad política ni empresarial de hacerlo. Incluso se organizan miniconciertos dentro de Can Misses, cuando a mí me habían dicho que en los hospitales había que guardar silencio e incluso que en las proximidades estaba prohibido tocar el claxon y hasta había una señal de tráfico advirtiéndolo. De las motos a escape libre y de los coches que hacen más ruido que un barco mercante, mejor hablamos otro día. Hace demasiado calor para pensar en cosas negativas.
Que no pasen mucho calor este domingo y sean felices.
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