En plena canícula, compartiendo edificio con la Biblioteca Nacional, en la glamourosa calle Serrano de Madrid, se encuentra el Museo Arqueológico Nacional (MAN). Es uno de los mejores museos europeos y también un gran desconocido. Fue fundado en 1867 por deseo de la reina Isabel II porque entonces estaba de moda que los países importantes tuvieran grandes museos en los que mostrar su riqueza histórica y de eso andamos sobrados en España, país que rebosa de historia, de encuentros y desencuentros, por los cuatro puntos cardinales.
Este museo antes era muy bonito porque tenía las características museográficas de los museos decimonónicos, pero se decidió hacerlo más didáctico y realzar sus piezas valiosas y por eso entre los años 2008 y 2013 se renovaron completamente sus salas y se añadieron las nuevas tecnologías. El resultado es un museo, digamos, más virtual y también más visitado. Pero, ¿cómo ha quedado en el MAN la sala dedicada a Ibiza?
Menorca comparte con Mallorca la sala dedicada al mundo talayótico mientras que Ibiza tiene una sala especial centrada en el mundo púnico-ebusitano. La estrella de la misma es la denominada Dama de Ibiza, una figurilla de arcilla muy ornamentada sobre todo con motivos vegetales, de 47 centímetros, datada en el siglo III a.C y que, probablemente, representa a la diosa cartaginesa Tanit. Es decir, se trata de una ofrenda relacionada con el mito de la fecundidad y el renacimiento. La pieza se encontró en la necrópolis de Puig des Molins en la ciudad de Ibiza y según los expertos en la materia constituye una de las piezas más importantes del Museo Arqueológico Nacional.
Por otro lado, esta misma sala acoge otra figura muy interesante, una terracota orante púnica que representa a un hombre con barba recortada y bucles incipientes. Del mismo modo paseando por el MAN el visitante puede encontrar ajuares ebusitanos de uso personal que van desde pendientes, anillos de oro, arracadas, collares de cornalina, vasijas y platos de arcilla. Éstos, desde el siglo IV a.C. son cada vez más importantes, especialmente cuando se pasa de la cremación de los cadáveres a la inhumación de los fallecidos en las interminables madrigueras de Puig de Molins, donde se llegaron a enterrar en cien años a más de 3.000 personas, lo que da una idea de la importancia económica, social y mediterránea de la isla de Ibiza. Prácticamente todo lo que se muestra de Ibiza en el museo ubicado en Madrid es de los siglos IV al III a.C.
Dos piezas egipcias en Ibiza
En una de las vitrinas del museo se aprecia un amuleto egipcio, tal vez la pieza cotidiana más sugestiva de todas y que más gusta a los visitantes. Se trata de una navaja de afeitar, estudiada puntillosamente por Beatriz Miguel Azcárraga, de bronce fechada en el siglo IV a.C, cuyo modelo, por lo visto, era muy común en la Ibiza púnica. Con ella se rasuraban nuestros ancestros más pudientes. Seguramente estas navajas se traían de Egipto.
Por último, en la librería-tienda del Museo Arqueológico hay varios libros dedicados a la arqueológica española que tienen en su portada piezas ibicencas, lo que da una idea de la relevancia que tuvo el mundo fenico-púnico-ebusitano, seguramente la etapa más floreciente y más misteriosa de la isla a lo largo de su historia.
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