La isla de Ibiza obtiene una nota de 4,3, lejos del aprobado y la misma que en 2016. La mayor de las Pitiusas tan solo aprueba con un 5 raspado en la calidad del alojamiento, la misma nota registrada en la encuesta del año pasado.
La segunda mejor nota la obtiene la oferta especializada, con un 4,6, una décima más que en 2016. En este apartado, la oferta lúdica es la que registra una mayor puntuación (6,4), mientras que la oferta comercial (3,9) y la relación calidad–precio (3,4) no llegan al aprobado.
Los servicios públicos obtienen un 3,8, lo que supone dos décimas menos que el año pasado. En este sentido, los equipamientos culturales (3,1), los transportes (3,4) y la seguridad ciudadana (3,4) suspenden con creces.
Por último, el entorno medioambiental también empeora la puntuación de 2016 y obtiene un 3,8, dos décimas menos que el año pasado. La limpieza (3) y la contaminación acústica (3,8) resultan muy mejorables.
Entre los puntos fuertes de la isla de Ibiza destaca la consolidación de la marca, la oferta lúdica, las comunicaciones aéreas y los productos diferenciados.
Mientras, la isla de Formentera en esta ocasión tampoco llega al aprobado y obtiene un 4,9, cuatro décimas menos que en 2016. Las peores notas las ha conseguido en oferta especializada (4,2) y los servicios públicos (4,5), mientras que en alojamiento (5,2) y el entorno medioambiental (5,8) aprueba con un suficiente.
En este sentido, la encuesta destaca como puntos fuertes de la menor de las Pitiusas el gran valor medioambiental, la satisfacción del trato personal y la calidad de sus aguas y sus playas.
4 comentarios
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Tot no va bé, si los que dejan la "pasta" no estan cómodos, se lo dirán a sus amigos y estos se lo pensarán, hasta la gallina de los huevos de oro puede tener gripe aviar, PCTro.
A la basura que nos visita les importa un pimiento la satisfacción
No hi ha problema. Mentre no baixi es número de turistes, tot va bé. Es problema sería que començàs a baixar. Però de moment, cada any venen més i més. Això és bon senyal. Sa satisfacció no mos dóna de menjar, és sa seu pasta.
En la década de los 90 mi familia y yo, cada Septiembre íbamos a pasar 10 dias en Formentera, también transportaba mi semirigida con nosotros. Si la memoria no me falla, nos dejábamos unas 200.000pst de aquella época, había paz y libertad, Asi estuvimos cuatro años, después todo empezó a estropearse, masificación, prohibiciones, denuncias, "reservas marinas para empresarios" italianos insoportables. Conclusión, no hemos vuelto más y por lo que puedo observar ahora es peor...ya no salimos de Mallorca y prácticamente no movemos ni un euro.