Cinco turistas italianos que llegan al aeropuerto de Ibiza y cogen un taxi pirata (furgoneta negra) que les lleva a la zona de Los Molinos. Cincuenta euros cuando ese mismo viaje hecho por un taxi legal les hubiera costado 15 euros. Además, el taxista pirata les ofreció una amplia variedad de drogas durante el trayecto. Es sólo uno de los casos que se relató la noche del martes en el programa de televisión nacional En el punto de mira, que reflejó lo que ya se ha convertido en habitual en zonas como el aeropuerto, playas o salidas de discotecas: grupos de taxis pirata interceptando y convenciendo a turistas para que se vayan con ellos en lugar de que con el taxi legal. Otro ejemplo fue un taxista ilegal, con marcado acento marroquí, que intentaba convencer a la reportera (que se hacía pasar por turista que volvía de la playa de ses Salines) para que se fuera con su vehículo en lugar de con el taxi legal «ya que no hay en este momento» cuando en la parada oficial sí que había taxis legales.
El reportaje reflejó, además, la impunidad y la tranquilidad con la que los piratas del taxi se mueven en la isla. Entre ellos, la conocida en el gremio del taxi legal como ‘la rumana', que cuenta con una organización de chóferes ilegales que reparte entre zonas concurridas. Esta señora anuncia sus servicios ilegales por redes sociales e, incluso, posa sin pudor con su furgoneta negra, matrícula de Rumanía, por lo cual no puede disponer de tarjeta VTC en la isla, según se explicó en el reportaje. La consellera Pepa Marí, a preguntas de la periodista de Cuatro, explicó que las sanciones van de 6.000 a 12.000 euros, además de que comentó que faltan efectivos policiales y Guardia Civil para combatir a los piratas del taxi.