Ayer a mediodía las alarmas saltaron en un terreno localizado entre las calles Granada y Cantabria. Eran las 13 horas cuando las llamas avanzaban alimentadas por las altas temperaturas, la sequedad del terreno y el viento.
Hasta el lugar se desplazaron una dotación de seis bomberos con dos vehículos, cinco brigadistas del Ibanat, un agente de medio ambiente y un técnico. Los medios terrestres estuvieron apoyados desde el aire por un helicóptero y un avión Air Tractor que realizaron varias descargas sobre el terreno agrícola. Hasta la zona del fuego también se movilizaron patrullas de la Guardia Civil y de la Policía Local de Sant Josep.
Los equipos de extinción consiguieron confinar las llamas en cuestión de una hora. La rápida intervención de los medios desplegados evitó que el incendio fuera a más, pero entre los vecinos que presenciaban los trabajos de extinción reinaba un ambiente de impotencia, rabia e indignación ya que, según advierten, la sucesión de incendios en Cala de Bou «parece no ser casual», señaló uno de los vecinos.
La posibilidad de que la sucesión de fuegos responda a una intencionalidad es una sospecha que también consideraban y gana fuerza entre el personal de emergencias y los policías presentes ayer en la zona.
El de ayer es el cuarto incendio declarado en Cala de Bou y los vecinos advierten que aunque no han tenido mucha envergadura «las llamas se han quedado a las puertas de varias casas ya que se trata de una zona residencial».
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