Los taxistas de Ibiza denuncian el aumento del intrusismo que está viviendo el sector este año y la falta de control por parte de las administraciones. Según diferentes testimonios que han llegado a este rotativo, un día cualquiera en el aeropuerto de Ibiza se pueden contabilizar de día una veintena de piratas aguardando en el interior de la terminal a que lleguen vuelos de Reino Unido para captar así a turistas británicos. «Es lamentable; nosotros sin bajar del coche esperando a que salgan los clientes y ellos esperándolos dentro de la terminal. ¿Hasta cuándo vamos a aguantar esto? Es vergonzoso e inaudito que esto pase en el aeropuerto, que es lo primero que ven de Ibiza los turistas que llegan», explica uno de estos testimonios. La presencia de taxistas piratas, entre los que abundan los viejos conocidos del sector año tras año como el llamado ‘clan de la rumana', es tal que entre las propuestas que barajan es contratar más informadores para que vayan con chaleco identificativo de taxi legal dentro de la terminal y así guiar a los turistas hacia los vehículos que ofrecen el servicio legal.

Sin control en las VTC

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Este verano, además, han notado cómo se ha incrementado la presencia de furgonetas negras (VTC) que han venido de la Península, concretamente de Madrid y Barcelona, a trabajar a Ibiza. «Tenemos alrededor de cien matrículas de furgonetas, pero estamos pendientes de saber cuáles son VTC de Ibiza y cuáles de fuera. Sabemos que hay de Madrid y Barcelona operando aquí», explicaron desde Élite Corsais d'Eivissa. A esta problemática se suman los vehículos de cortesía que cobran los viajes a sus clientes, por lo que acaban actuando como taxi pirata. La sensación de impunidad es tal entre los taxistas pirata que se publicitan en redes sociales y páginas de anuncios sin ningún tipo de pudor.

Otra situación que se ha producido este año es que un taxi acudió a un servicio y se encontró que la furgoneta de una empresa de reformas que estaba por la zona estaba cargando a los clientes que habían solicitado el taxi. «Se quejaban de que habían estado esperando 20 minutos, pero habían pasado 13 minutos desde que recibí el aviso», lamenta este conductor. Este hecho fue comunicado con la matrícula de la furgoneta a las autoridades pertinentes, según precisaron.

El sector profesional del taxi reclama más medios y más vigilancia para atajar el intrusismo, un problema que crece año tras año en Ibiza.