De izquierda a derecha David Ribas, Miquel Vericad, Viviana de Sans y Judith Romero. | Toni Escobar
La sangre no ha llegado al río, por el momento. La Asamblea ciudadana insular de Podemos Ibiza, celebrada ayer en la sede de la formación morada, transcurrió en relativa armonía a pesar de que las últimas declaraciones públicas efectuadas por excargos orgánicos como Toni Sánchez-Tirado o José Sánchez Rubiño pronosticaban una suerte de plebiscito contra el pacto de gobierno con el PSOE en el Consell d'Eivissa.
Los consellers de Podem-Guanyem –a excepción de Lydia Jurado, ausente por fuerza mayor, a quien suplió la directora insular Judith Romero– dieron cuenta de las medidas impulsadas desde sus departamentos como parte de los acuerdos de gobierno suscritos con sus socios en el ejecutivo insular. Según un informe sobre el nivel de cumplimiento de dichos acuerdos, el equipo de gobierno progresista solo habría ejecutado un 50,7% de las medidas fijadas durante las negociaciones; un 43% seguiría «en trámite» y nueve de las 144 no se habrían cumplido.
Los cargos electos atribuyeron dichos incumplimientos a la «falta de competencias» del Consell en muy diferentes áreas y a la «falta de personal» por culpa, insistieron, de la llamada Ley Montoro.
A continuación se dio la palabra a los militantes. A lo largo de dos horas, buena parte del medio centenar de asistentes formularon y reformularon decenas de preguntas sobre planes insatisfechos en departamentos como bienestar social, vivienda, medio ambiente, territorio o movilidad, pero hubo que esperar casi hasta el final del acto para que los miembros más desencantados cuestionaran públicamente la gestión de Viviana de Sans y del resto de cargos públicos en la máxima institución insular.
El diputado autonómico Aitor Morrás, que recientemente dimitió de su cargo como portavoz del consejo ciudadano insular; el mencionado José Sánchez, concejal en el Ayuntamiento de Santa Eulària por Guanyem; y el exconseller Miquel Ramon expresaron su desconfianza respecto a los socialistas y dejaron entrever su malestar con el giro «institucional» y la «falta de principios» de la dirección de Podemos.
De Sans, secretaria general de la formación y vicepresidenta del Consell, admitió que gobernar con el PSOE «es complicado» porque existen «diferentes sensibilidades», lo que obliga a los podemitas a «luchar cada milímetro para avanzar». «Hay buena sintonía porque no puedes estar sin dirigirte la palabra. Es una relación cordial, pero es duro. Hay cosas en las que coincidimos y otras que supone una lucha diaria para avanzar y conseguir algo», explicó tras ser cuestionada por Morrás sobre la «lealtad» de los socialistas hacia ese acuerdo de gobernabilidad.
El conseller de Medi Ambient, Miquel Vericad, reconoció que las diferencias más importantes dentro del equipo de gobierno se dan en áreas como turismo o transporte, pero negó que exista «deslealtad» por parte del PSOE.
Durante su turno de palabra, Sánchez Rubiño, que hace semanas dijo sentir «vergüenza» de su secretaria general, preguntó si no supone una «contradicción» escudarse siempre en la Ley Montoro y «luego ir de la mano con el PSOE, que ha tumbado en Madrid nuestra propuesta para derogarla». También acusó a la dirección de permitir que el PSOE eligiera cargos de confianza como el de Gianandrea di Terlizzi.
A continuación, Morrás pidió a los consellers de la formación que fueran «sinceros» y admitieran que no han conseguido que el PSOE lleve adelante acuerdos pactados. «Esto genera frustración para quienes nos votan y entre la militancia. No debemos caer en el juego de las instituciones, nunca una formación alternativa había tenido tanta fuerza en la isla. Sé que hay que trabajar con los socios de gobierno, pero hay que dar el do de pecho porque si no decaeremos como fuerza política alternativa», arengó Morrás.
Ambas intervenciones fueron las únicas que despertaron aplausos entre algunos de los asistentes.
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