Se trata de un centenar de concesiones que permitirían instalar 3.300 hamacas, a diferencia de la última licitación de 2012 que permitió la instalación de 3.700, según informó el Consistorio en una nota de prensa.
La reducción de estos elementos busca «optimizar el uso de las playas y la comodidad de los usuarios», según indicó el Ayuntamiento, y se basa en un estudio que ha constatado que muchas hamacas no se utilizaban y que además se hacía una incorrecta delimitación de espacios en algunos casos.
Las nuevas concesiones tienen una duración inicial de dos años con una posible prórroga de uno más, y supondrán unos ingresos mínimos para las arcas municipales de 380.000 euros al año.
Los lotes se reparten en tres modalidades de hamacas, parasoles, quioscos y elementos náuticos.
En todos los casos, la propuesta económica supone un 35 por ciento de la valoración a la hora de adjudicar los servicios, en la que puntúan los aspectos medioambientales, la estética, la calidad en los servicios, el mantenimiento de las instalaciones y la promoción del turismo náutico.
Socorrismo
Como la mitad de la playas tienen servicio de socorrismo, en aquellas que no disponen de él es obligatorio contar con personal formado en socorrismo. También es obligatorio tener placas solares sin conexión en la red, así como prohibir la publicidad en las playas.
Contar con un Plan de Igualdad visado por el Instituto Balear de la Dona sirve para desempatar en caso de que dos ofertas sumen los mismos puntos.
Otra novedad es que las concesiones sumarán puntos si ofrecen cajas de seguridad gratuitas a sus clientes para evitar incidentes.
También se establece un precio máximo 6 euros con IVA incluido para las hamacas y 2 euros por los colchones, cuyo uso no puede ser imprescindible.
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