Tras la colisión, el taxi irrumpió en la acera llevándose por delante un bolardo y tumbando un macetero de grandes dimensiones que formaba parte del mobiliario de la terraza de la cafetería Mylord.
«Estábamos cruzando para ir al parquin de es Pratet cuando advertí que el otro coche venía como un torpedo. Traté de esquivarlo pero me golpeó y salimos disparados». Así relataba Ana María Ribas el accidente sufrido ayer en la avenida Ignasi Wallis poco después de las 10 horas.
El violento choque entre un taxi Volkswagen Golf Variant y un Citroën Xsara Picasso se saldó con cuatro heridos leves y un gran sobresalto, ya que el taxi acabó invadiendo la acera y colisionando contra un gran macetero de la terraza de la cafetería Mylord.
«Afortunadamente, por la hora y el frío que hace no había nadie en las mesas de la terraza porque de lo contrario podríamos estar hablando de un siniestro más grave», apuntó Juan, de la cafetería Mylord, quien ya acumula una buena lista de sobresaltos como el de ayer. «Este cruce es un peligro constante».
Los testimonios recabados por la patrulla de la Policía Local de Vila que realizó el atestado del accidente apuntan a que el taxi que salía de Vila por la avenida Ignasi Wallis se saltó el semáforo en rojo e impactó contra el vehículo que cruzaba desde la calle Sant Cristòfol.
Según testigos presenciales y fuentes policiales, tras la colisión el taxi invadió la acera llevándose por delante un bolardo y un macetero de grandes dimensiones situado junto a la entrada de la cafetería. El otro vehículo y sus dos ocupantes quedó atravesado en la avenida Ignasi Wallis.
Hasta el escenario del aparatoso siniestro se desplazaron dos patrullas de la Policía Local de Vila, la grúa municipal y una primera ambulancia.
La circulación en la zona quedó obstaculizada hasta que la grúa retiró el Citroën Xsara Picasso. El vehículo quedó siniestro total, ya que sufrió graves daños en la zona del motor y la dirección.
El espectacular accidente sobresaltó a los viandantes y conductores que transitaban a esa hora por la avenida Ignasi Wallis, así como a las personas que se encontraban en el interior de la cafetería Mylord. Los presentes se interesaron por el estado de los afectados y les prestaron ayuda.
Mientras los servicios sanitarios atendían a los ocupantes del taxi, los agentes de la Policía Local recababan información sobre cómo se había originado el accidente que dejó cuatro heridos leves.
El taxi, una vehículo familiar que sufrió graves daños en su parte frontal, permaneció sobre la acera unos 45 minutos hasta que finalmente fue retirado por un vehículo de Grúas Ibiza.
Un violento choque
Media hora después del siniestro, la conductora del Citroën Xsara apuntaba estar «muy dolorida y con el susto en el cuerpo. Me lo vi encima y traté de esquivar el taxi, pero en el otro carril también habían coches», señaló al PERIÓDICO de IBIZA Y FORMENTERA Ana María Ribas. Su vehículo recibió el impacto por el lado del acompañante, donde viajaba Isabel, que sufrió daños en la cadera.
En el taxi, además de la conductora, viajaba un matrimonio de 71 años. Los cuatro sufrieron lesiones leves y fueron trasladados en dos ambulancias del 061 al hospital de Can Misses con policontusiones, según señalaron fuentes del Ib-Salut. Las tres mujeres recibieron el alta a lo largo de la mañana, mientras que el hombre permanecía ingresado.
Fuentes municipales apuntaron que la conductora del taxi se trasladó posteriormente por su propio pie a la Policlínica Nuestra Señora del Rosario.
Pasadas las 11 horas, los operarios municipales retiraban las últimas piezas que los vehículos implicados habían perdido debido al siniestro. Juan y su compañero recolocaban los elementos afectados en la terraza de la cafetería Mylord.
Numerosos vecinos se acercaban hasta la esquina escenario del siniestro para interesarse por lo ocurrido. Muchos de ellos insistían en la sucesión de accidentes que se producen en ese punto de la avenida de Ignasi Wallis. Señalaban que muchos conductores pasan con la luz del semáforo en ámbar o se lo saltan cuando ya está en rojo.
Desde la esquina de enfrente, Jamie Roper respiraba tranquilo. «Esta vez ha tocado en el otro lado». Hace unos meses un vehículo acabó empotrado contra la cristalera del concesionario de Honda.
La Policía Local se ha encargado de la investigación del accidente. Las primeras hipótesis apuntan a una imprudencia de una de las conductoras que se saltó un semáforo en rojo, señalaron fuentes municipales.
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