Criado en la calle de La Virgen, en el barrio de la Marina de Ibiza y entre Sant Llorenç y Santa Gertrudis, este amante de la cocina ibicenca y de la lectura es el presidente insular de Balears mejor valorado. Algo a lo que no da mucha importancia porque como él mismo asegura con una gran sonrisa, siempre cumple a rajatabla aquello que le decían sus padres de «Vicent, no et beguis sa lluna» y «Vicente, no desees para el otro lo que no quieras para tí».
—Viéndole en la sesión de fotografías, lo cierto es que no ha perdido usted el toque. ¿Es cierto que le llamaban El pulpo cuando era futbolista?
—(risas) Sí. Jugaba de central y me llamaban así. Aunque la verdad, no sé muy bien porque era (risas).
—Gracias por prestarse a ser Sardina Negra porque sabemos que está muy liado durante estas fechas y grabando además el mensaje de Navidad para la TEF. ¿Cómo se hace para no aburrir a la gente en un mensaje institucional como este?
—(risas) Gracias a vosotros por invitarme. Bueno pienso que la clave está en crear un discurso pensado sobre todo en la gente y para eso cuento con un equipo de presidencia muy bueno. Además es importante no enrollarse, no parecer pesado y mostrarte tal y como eres.
—¿En el tiempo que lleva como presidente delConsell d'Eivissa ha perdido ya el miedo a la cámara de televisión?
—(risas). Bueno lo cierto es que nunca he tenido miedo a las cámaras de televisión. Eso sí, a veces siento tensión cuando estoy a punto de comenzar una entrevista con los periodistas.
—Tranquilo, aquí hemos venido a divertirnos. Algunas encuestas le ponen a usted como el presidente insular de Baleares mejor valorado. ¿Cómo se toma esto?
—(risas). Pues no le voy a negar que es una buena noticia aunque en política nunca hay que hacer demasiado caso a las cosas buenas y malas que dicen de ti sino seguir trabajando para los ciudadanos lo mejor que puedas y sentirte orgulloso con el trabajo que has hecho cuando te vayas a la cama. Pero bueno, siempre es bueno que se hable bien de ti.
—Entonces, ¿es cierto que siempre cumple a rajatabla lo que le decían en su casa de «Vicent, no et beguis sa lluna»?
—Completamente. Es una frase que en castellano vendría a decir que por muy bien que te vaya no cambies tu forma de ser. Yo siempre intento estar con los pies en el suelo por eso comparto las cosas buenas con todo mi equipo, y cuando hay malas noticias, asumo yo las culpas que para eso soy el presidente del Consell d'Eivissa.
—Cuanta sabiduría en los padres.
—Por supuesto.También me decían aquello de «no desees para el otro lo que no quieras para ti». Y eso también lo aplico siempre.
—Me han dicho que pocas veces se enfada. ¿Es cierto?
—(risas). Bueno, me enfado como todo el mundo aunque intento que sea en la intimidad. Pero sí, lo cierto es que siempre intento ser positivo y alegre, no como aquellos que van de enfadados por la vida y cuando de verdad lo están nadie les cree.
—Viene de la empresa privada. ¿Cómo decidió meterse en política?
—Bueno yo soy técnico superior de Turismo y desde 1990 soy afiliado al PSOE. Entré de la mano de grandes amigos como Carlos Salinas, Xico Tarrés o Toni Costa. Sin embargo, no entré en la ejecutiva de la Federació Socialista Pitiüsa hasta 2007 y luego en 2010, Tarrés me ofreció el puesto de director general de Promoción Turística, cargo que desempeñé hasta 2001.Y bueno el resto ya creo que lo sabéis de memoria. En 2012 fue elegido secretario general y desde hace algo más de un año presidente del Consell d'Eivissa.
—¿Usted era de los que quería ser presidente del Consell d'Eivissa desde pequeño?
—(risas). Claro que no. Yo fui un niño que tuvo una infancia fantástica repartida entre Sa Penya, en Ibiza, Santa Gertrudis y Sant Llorenç. Tuve la suerte de nacer en una época donde ya no había tantas restricciones y en el seno de una familia que me hizo disfrutar mucho. De hecho, recuerdo con mucha alegría mis juegos en la calle de la Virgen y aún conservo algunos de mis amigos de aquella época.
—Dicen de usted que ha instalado cierta normalidad en la política insular. Son muy comentados sus bailes en las celebraciones de los días grandes a los que acude...
—(risas). Bueno es que eso va incluido dentro del cargo de presidente del Consell d'Eivissa. Y si no se sabe bailar bien, como es mi caso, por lo menos hay que intentarlo y no escaquearte cuando los miembros de la colla te busquen con la mirada.
—Verle bailar codo con codo con un alcalde de otro partido político ¿es un ejemplo de normalidad política?
—Me imagino que sí. Lo importante es participar en algo tan bonito como es el baile de un día grande y ojalá se animara más gente, porque hace muchos años bailaba todo el mundo, fuera o no fuera vestido con el traje típico.
—¿Algún día ha habido pique?
—(risas). Hombre en la política siempre se compite y un día grande también sirve para ver quien baile mejor (risas).
—¿Es muy estresante ser presidente del Consell d'Eivissa?
—En ocasiones, aunque me ayuda mucho el tener un gran equipo a mi alrededor.
—Me imagino que tiene que ser difícil que todo el mundo recurra a usted para que le solucione sus problemas como si tuviera una varita mágica...
—Bueno también va dentro del cargo. Mi responsabilidad es hacer todo lo posible para que la vida de la gente de la isla sea mucho mejor y si no está en mi mano, mover todos los mecanismos necesarios, a través de ayuntamientos o instituciones de la Península para que ésto sea posible. Para eso nos han votado y nos hemos presentado voluntariamente.
—Hablando de la Península. ¿Cómo nos ven a los ibicencos cuando viaja allí? ¿Todavía hay gente que se extraña de que llegue vestido de blanco y encaje?
—(risas) Ese es uno de los grandes tópicos sobre los ibicencos. Y es que desgraciadamente aún quien se piensa que vivimos en una especie de parque temático de la diversión y la fiesta y que aquí no se trabaja todo el año. Pero bueno, en la Península y en muchos otros países lo cierto es que nos ven con cierta envidia, y eso, sin conocer la otra Ibiza, la del campo, la de las preciosas cafeterías de invierno o la de los caminos donde perderse montando en bicicleta o paseando.
—Muchos abogan por que se conozca pero otros no quieren esto sea así porque temen que el turismo le destruya también esa parte de su paraíso. ¿Cómo lo ve usted?
—Es cierto.Eso se debe a que en verano sufrimos el desajuste que provoca el turismo de fiesta, sol y playa, y que hace que pasemos de la tranquilidad otoñal al agobio de junio, julio y agosto. De todos modos todo es compatible porque el turista que busca alicientes de naturaleza, gastronómicos o deportivos, que se podrían ofrecer fuera de temporada, suele ser bastante respetuoso con todo lo que le rodea.
—Siempre ha presumido de ibicenco y de encantarle la cocina tradicional de la isla. ¿Se le da bien cocinar?
—Hago lo que puedo aunque es cierto que me atrevo con todo que para eso soy el presidente (risas). De todos modos, lo mejor de cocinar es que me ayuda a relajarme y a desconectar.
—Y como la canción de José Luis Perales... ¿A qué dedica el tiempo libre?
—(risas) A estar con la familia, a cuidar de un pequeño huerto que tengo en un poco de tierra y sobre todo a descansar.
➧ PROGRAMA
Hoy en la TEF a las 21.55 horas
PEQUEÑA BIOGRAFÍA
Vicent Torres Guasch, nació en Ibiza en 1963.
Es técnico superior de Turismo y al margen de la política, ha desempeñado su trayectoria profesional en la empresa privada.
En 1990 es afiliado al Partido Socialista Obrero Español (PSOE) y en el año 2007 entra en la ejecutiva de la Federació Socialista Pitiüsa como representante de la agrupación de Santa Eulària.
Entre 2010 y 2011 ejerce el cargo de director general de Promoció Turística del Govern de les Illes Balears a petición de su amigo Xico Tarres. Cuando dejó el cargo, continuó en la empresa privada como director de una agencia de viajes.
A las elecciones municipales de 2011 fue como cabeza visible en la lista de la coalición PSOE-Pacte al Ayuntamiento de Santa Eulària aunque fue derrotado por Vicente Marí.
En 2012 fue elegido secretario general de la Federació Socialista d'Eivissa y en julio de 2015 fue elegido como presidente del Consell Insular d'Eivissa.
2 comentarios
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En el Consell es exactamente un Cero a la izquierda.
independientemente de su ideología y del partido en que milite, con los que uno puede o no tener simpatía, este señor me parece una persona sensata y muy a la altura de su cargo. Ojala hubiera mas políticos como el.