Los casos detectados en los centros de salud son remitidos a la Oficina de la Dona para que se les ofrezcan la ayuda a las víctimas de violencia de género y responden a un trabajo de formación y sensibilización del personal sanitario. Dos médicos de atención trimaria, Consuelo Corrionero, del centro de salud de Vila, y Eva Pasamón del ambulatorio de Can Misses, son, respectivamente, la presidenta y vicepresidenta de la comisión de violencia de género y protección al menor que cuenta con un representante por centro de salud, urgencias hospitalarias, pediatría, ginecología y urgencias extrahospitalarias. Personal del 061 y de riesgos laborales se han sumado recientemente a la comisión.
Corrionero muestra su satisfacción porque desde la comisión, constituida en 2005, ha ido en aumento la detección de los casos. «Estamos muy contentas porque estamos realizando una labor importante de sensibilización y formación.
Hemos conseguido que se detecten más casos en las consultas y en las urgencias que se derivan a la Oficina de la Dona, la entidad que da cobertura y apoyo a las mujeres», dice. No obstante, pese a ese aumento, asegura que «no hay que dejar de trabajar, hemos hecho mucha formación y tenemos que seguir haciendo para aumentar las derivaciones». «A más formación, más sensibilización. Está relacionada la formación y la sensibilización de los profesionales con el aumento de la detección», añade Pasamón.
Los profesionales hacen una búsqueda activa de la víctima a la que empiezan preguntando en la consulta ‘¿cómo van las cosas en casa?', con la que tratan de aproximarse a ellas, pero también hay síntomas indicativos de un maltrato como son «síntomas psicosomáticos como ansiedad, depresión o insomnio; físicos como un golpe, dolores abdominales, cefaleas o ginecológicos. Hay momentos vitales frágiles como el embarazo en el que hay que hacer una búsqueda activa, porque hay un riesgo mayor, para detectar cualquier síntoma», explica Eva Pasamón. Asegura, incluso, que a las víctimas «si se les pregunta, quieren hablar de ello, a lo mejor no lo dicen como primera demanda pero quieren que se les pregunte porque quieren salir de ahí». Corrionero incide en la búsqueda activa «porque cuantas más busquemos, más encontraremos y a más mujeres podremos ayudar». Pasamón recomienda a las mujeres que hablen con el personal sanitario «en los centros de salud o donde sea, que podemos ayudarlas, que no están solas».
Hay un perfil sociosanitario de mujer maltratada «que acude mucho a las consultas, llega tarde, busca horas intempestivas, vienen por múltiples síntomas que muchas veces no podemos resolver», añade.
Pasamón sostiene que «se han de aumentar los recursos que son limitados, pero como en otros problemas sociales cuanto más recursos, mucho mejor; es un problema sociocultural». De hecho, defiende que se ha de trabajar desde la educación para erradicarlo. «Es un problema sociocultural. Crecemos con esos estereotipos. El maltrato no dejará de existir hasta que la educación sea diferente y los niños crezcan de otra forma, con un sistema más igualitario. No se trata sólo de hacer una curación, sino una prevención», subraya.
La comisión trabaja también con una guía de actuación para víctimas de agresión sexual y para la telematización del parte judicial. «Estamos haciendo mucho trabajo, pero es un tema que nos gusta», comentan ambas.
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