La anodina actualidad política veraniega en nuestras islas fue zarandeada el viernes con la presencia de Pedro Sánchez en Eivissa. El líder socialista tuvo que interrumpir sus vacaciones familiares en la mayor de las Pitiüses para comentar el anuncio de la fecha de la sesión de investidura de Mariano Rajoy y reiterar una vez más que el PSOE no dará su brazo a torcer. Según Sánchez, los diputados socialistas votarán ‘no' en el hemiciclo, por lo que el Partido Popular deberá buscar otros apoyos además del de Ciudadanos, con los que ya está negociando, si quiere que Rajoy sea presidente a finales de este mes. Además, el secretario general del PSOE avanzó que en caso de que el líder del PP consiga la mayoría de votos del Congreso, ellos también votarán en contra de los presupuestos que presente la formación conservadora.

Hasta Eivissa también se desplazó la presidenta balear, Francina Armengol, uno de los principales apoyos de Sánchez en el seno del partido y que es partidaria de presentar una alternativa de gobierno con otras fuerzas progresistas.

Otro punto informativo caliente esta semana han sido los juzgados de Eivissa, por donde han desfilado los acusados de haber provocado el incendio que el fin de semana pasado calcinó una hectárea de sabinas de alto valor ecológico en el islote de s'Espalmador. El juez ha imputado un delito de incendio forestal por imprudencia grave al hombre de 43 años que se declaró como el responsable de haber lanzado la bengala de socorro hacia el islote y al capitán del yate ‘Ruah', que se desentendió del suceso al declarar que su cometido al frente de la embarcación había terminado un día antes de que se produjera el incendio, por lo que no se consideraba responsable del mismo. Además, ambos investigados, de nacionalidad italiana, señalaron que cuando se lanzó la bengala «de forma accidental» el capitán les estaba ofreciendo un curso de seguridad porque se iban a quedar tres días amarrados a una boya frente al islote esperando la llegada de otro patrón. Una versión que no convence a la Guardia Civil. Además, desde Salvamento Marítima también han señalado que resulta inverosímil que una de estas bengalas se lance sin querer.

Por otro lado, el campo ibicenco se ha visto obligado esta temporada ha avanzar la vendimia un mes por la sequía, y desde principios de agosto ya se está recogiendo la uva. Además, a la falta de precipitaciones este año hay que añadirle la presencia del mosquito verde, que desova en los nervios de las hojas provocando que se sequen y que el fruto no madure como tocaría. Con todo, desde la bodega de Can Rich esperan llegar a las 80 toneladas, una cantidad superior a la registrada el año pasado, según señala su propietario, Joan Riera.