La Federación Empresarial Hotelera de Ibiza y Formentera (Fehif) reeligió ayer por unanimidad a Juanjo Riera como presidente para los dos próximos años. De esta forma, el director del Hotel Argos de Talamanca afrontará su sexto ejercicio al frente de la patronal –con el mandato de Roberto Hortensius de por medio– según el expreso deseo de los más de 45 asociados que ayer acudieron a la Asamblea anual de la federación, celebrada en el Hotel Gran Palladium Palace Ibiza de Platja d'en Bossa.

La principal novedad es la incorporación a la junta directiva de la representante del Hostal Mallorca y vicepresidenta de la Asociación Hotelera de Sant Antoni, Ana Gordillo, y de la psicóloga y propietaria del Hostal Pitiusa de ses Figueretes, María Costa Roig. En este sentido, Juanjo Riera se mostró muy satisfecho por la incorporación de «dos mujeres jóvenes y muy preparadas».

En su comparecencia posterior, Riera tuvo palabras de reconocimiento con las víctimas de la masacre ocurrida en Niza y con José Ramón Serra ‘Pilot', «una persona que trabajó en la mejora del pueblo de Sant Antoni», y Juan Escandell, propietario de la Cova de can Marçà y de los apartamentos San Miguel Park y Esmeralda Mar, ambos fallecidos recientemente.

Reivindicaciones

Riera abordó los problemas que preocupan a la patronal hotelera pitiusa, «como son las infraestructuras» de la isla. El presidente de la Fehif criticó que todavía no se haya ejecutado el desdoblamiento de la carretera de Santa Eulària y transmitió la inquietud de los asociados respecto a obras hidráulicas como la depuradora de Vila o aquellas que garanticen el suministro de agua en el municipio de Sant Josep.

Otras de sus reivindicaciones es la reforma del paseo marítimo de ses Figueretes y su conexión mediante una pasarela de madera con Platja d'en Bossa. En este sentido, Riera aseguró que las solicitudes de la patronal «coinciden en un 90% con la de la población local», como es «la mejora de espacios públicos, jardines, paseos e infraestructuras».

Los hoteleros pitiusos volvieron a manifestar su rechazo hacia el impuesto turístico sostenible, una tasa «que sólo van a pagar los turistas que acudan a alojamientos legales», apuntó Riera, y que se ahorrarán «entre un 40 y un 45%» de los visitantes. El empresario considera esta circunstancia «una discriminación» y recuerda que se librarán de abonar el impuesto «los que vayan a mansiones de lujo, los que vengan en jet privado o los que fondeen ilegalmente» en aguas pitiusas. En cuanto a la recaudación del impuesto, subrayó que «el 100% se debería revertir en la isla donde se ha realizado el daño medioambiental».

El empresario también se mostró contrario a la posibilidad de que se regularice el alquiler turístico en edificios residenciales, y denunció la proliferación de oferta ilegal en diferentes sectores.

Por otra parte, evidenció su preocupación por tendencias «muy peligrosas» como el balconing y el consumo de drogas «de las que no se sabe su composición».