El obispo de Eivissa y Formentera, Vicente Juan Segura, bendijo una serie de vehículos antiguos, como dicta la tradición en el día de Sant Cristòfol, patrón de los viajeros. | Toni Escobar

Ayer culminaron las fiestas celebradas en el barrio de Sa Capelleta, en la ciudad de Vila, en honor a Sant Cristòfol, su patrón. Una vez más, el agua fue la protagonista de unos festejos que se iniciaron sobre las 18.00 horas. Faltaba aún un buen rato para que, tras una jornada de intenso bochorno, empezara a bajar el sol. De esta manera, el líquido elemento sirvió para que todos los presentes pudieran refrescarse en el parque de la Reina Sofía. Los chorros procedentes de mangueras, pistolas de agua y otros diversos artilugios fueron bien recibidos tanto por los integrantes de la pandilla infantil como por los adultos que se sumaron a la tradicional batalla del agua, aunque alguno lo hizo involuntariamente pero siempre con buen humor.

Una vez remojados, la diversión dio paso a la devoción. A las 20.00 horas, el colegio de Nuestra Señora de la Consolación, decenas de vecinos y feligreses de esta parroquia de Vila se reunieron para venerar a su patrón. El templo acogió una solemne misa, presidida por el obispo de Eivissa y Formentera, Vicente Juan Segura, dedicada a Sant Cristòfol. Este mártir asesinado en tiempos del Imperio Romano, entre los siglos III y IV antes de Cristo, celebra su festividad se celebra el 10 de julio en el calendario mozárabe. En la tradición cristiana, Cristóbal, que significa literalmente el portador de Cristo, es el santo patrón de los viajeros, por lo que la liturgia religiosa finalizó con la tradicional bendición de coches y motos antiguas, volviendo el agua, en este caso bendita, a ser la protagonista del momento.

Así, tras la eucaristía se efectuó un desfile de turismos y motocicletas de tiempos pretéritos, que recorrieron las calles del barrio bajo la banda sonora que imprimió la banda musical del Jesús Cautivo.

A las 21.30 horas estaba prevista la demostración de ball pagès a cargo de la Colla de Sa Bodega, durante la cual también se invitaría a los vecinos a degustar bunyols, orelletes y vi dolç. El colofón de los actos previstos llegaría con la actuación del Cor de la Santa Creu, que estaba fijada a las 22.00 horas.

De esta manera, se ponía fin a un programa de actos de tres jornadas, que se iniciaron el viernes con unos talleres infantiles a cargo del Centre d'Educació Infantil Corrillos, una actuación de la Academy Dance Davinia Van Praag y un concierto a cargo de Juan Carlos y su acordeón.

El sábado, se celebró un circuito de prácticas de circulación para niños a cargo del Centre d'Educació Infantil Corrillos. Paralelamente, también hubo espacio en la plaza del parque Reina Sofía para una serie de juegos tradicionales para niños y, ya por la noche, tuvo lugar una exhibición danzas de Bollywood y un concierto con música de las décadas de los años 60 y los 70 a cargo de Mortimer Moriarty.