El Govern está realizando un estudio de vulnerabilidad al que seguirá un plan de adaptación.

«El cambio climático ya está aquí y las Baleares son un territorio muy vulnerable ante el», así describía ayer el director general de Energia i Canvi Climàtic del Govern balear, Joan Groizard, la situación en la que se encuentra el archipiélago ante los cambios en el clima «a los que ya estamos asistiendo». Estas declaraciones las hizo ayer el director general de Energia en la presentación de las conferencias Las islas Baleares y el Cambio Climático, que se celebraron ayer en el Centro Cultural de Jesús y que fueron organizadas por la Alianza Mar Blava y la conselleria de Territori, Energia i Mobilitat del Govern y a las que asistía también la directora del Instituto de Desarrollo Sostenible y Relaciones Internacionales, (IDDRI), Teresa Ribera.

Cambio de modelo

Joan Groizard aseguró que en Balears no podemos seguir dependiendo del carbón para producir electricidad, como sucede ahora, y que se ha de reforzar el uso de energías renovables, que en Balears «no avanza». En concreto, en el caso de Eivissa y Formentera no se puede sostener el nivel de demanda eléctrica, «como pasó el año pasado, en el que se batieron récords». En este sentido, aseguró que en las Pitiüses se está asistiendo a un «colapso del modelo turístico» que es «insostenible incluso económicamente si hablamos de agua, de electricidad, de carreteras y de recogida de basuras. Ahora ya nos estamos gastando mucho dinero en el tema de las desaladoras, y esto es solo un ejemplo», dijo.

Otro de los problemas, que están afectando a las emisiones de CO2, es la circulación de vehículos. En Balears circulan 800 vehículos por cada 1.000 habitantes, mientras que en la Península lo hacen 100 o 150 por cada 1.000. Groizard aseguró que «con distancias como las que hay aquí se hace totalmente viable el uso del coche eléctrico», por lo que habría que cambiar el modelo.

Para intentar invertir la tendencia el Govern balear, explicó el director general, está haciendo un estudio de vulnerabilidad que tendrá en cuenta variables como el turismo, el agua, la salud o la biodiversidad, que están íntimamente afectados por el cambio en el clima. Además, está previsto que posteriormente se realice un plan de adaptación en el que se «abrirán conversaciones con los diferentes agentes implicados».

Los riesgos más inmediatos que corren las islas son la disponibilidad del agua , «que estamos en periodos de sequía cíclica, que provocan también un impacto presupuestario y energético»; el mayor riesgo de incendios; más consumo de energía por el aumento de las temperaturas y problemas de salud derivados de la presencia de animales, (insectos en su mayoría), que por la visita de turistas y por la subida de las temperaturas «comienzan a parecer, poniendo en riesgo nuestra salud», aseguró.

LA NOTA

Dificultades para tomar medidas

Groizard se refirió a las dificultades para emprender proyectos en contra del cambio climático. Por un lado, la paralización de las subastas previstas para invertir en renovables, «que no se ponen en marcha por diferentes motivos», que no especificó; y por otro, las trabas «al autoconsumo derivadas del llamado impuesto del sol». Por ello, «ni los grandes proyectos ni las pequeñas instalaciones salen adelante», aseguró.