«Ve con cuidado por la calle». «Vigila tus espaldas, hija de puta». «Hasta que no abandones la isla, no voy a parar». Son algunos de los mensajes amenazantes realizados por Y.C., una joven de Eivissa que ha sido condenada a una pena de un año y tres meses de prisión e indemnizar con 5.000 euros a la víctima por vertir estas amenazas a través de facebook a una exnovia de su pareja.

La sentencia firmada por la titular del juzgado de lo Penal número 2 de Eivissa, Martina Rodríguez, condena la responsabilidad criminal de los hechos con una pena de prisión y al pago de las costas. Paralelamente, la acusada deberá abonar una indemnización de 5.000 euros por la vía de la responsabilidad civil.

La magistrada absuelve a la acusada de los delitos de usurpación e injurias.

La resolución, notificada el jueves a las partes, no es firme y contra la misma cabe recurso de apelación ante la Audiencia Provincial.

La sentencia refleja como hechos probados que, entre marzo de 2011 y junio de 2012, la acusada llevó a cabo a través de las redes sociales una serie de acciones dirigidas a «atemorizar, desprestigiar y desde luego inquietar» a la denunciante.

Así, a través de la red social Facebook, creó varios perfiles con nombres diferentes y dando a entender que era la querellante quien profería toda clase de insultos y amenazas a personas de su entorno, de forma que pensaba que era ella la que realizaba tales conductas.

Posteriormente, la acusada llevó su conducta más allá y dirigió diversos mensajes a la cuenta de la prima de la víctima. «Tú dile a tu prima que se va a tener que ir de Ibiza o se va a tener que suicidar porque le voy a joder la vida. Lo que estoy haciendo es sólo el principio, dile que puedo ser muy mala», indicaba en un uno de los mensajes amenazantes.

Durante el juicio, celebrado el 22 de octubre, el tribunal escuchó los testimonios de una docena de testigos involucrados directa o indirectamente en este caso de acoso a través de las redes sociales.

La Fiscalía solicitaba para la acusada una multa de 240 euros (12 euros durante 20 días) por una falta de usurpación, mientras que la acusación particular, ejercida por el letrado Miquel Guash, solicitó una pena de 1 año y 3 meses de prisión por amenazas, 7 meses más por un delito de injurias y una indemnización de 15.000 euros por perjuicio moral y psicológico. La defensa pidió la libre absolución. Uno de los testigos citados fue el padre de la acusada, quien fue detenido en un primer momento tras comprobar que los mensajes amenazantes se difundían desde el ordenador que había en su casa.

Comisaría

Explicó que su hija fue a verlo a los calabozos de la comisaría para decirle que ella no había sido, pero él pensaba que sí «porque su marido había salido anteriormente» con la víctima. Según el relato de los hechos y la narración de varios testigos, los mensajes amenazantes se realizaban desde al menos tres nicks diferentes (usuarios). Uno de ellos llevaba el nombre de la víctima, de ahí la acusación de usurpación de la identidad. A consecuencia de estos hechos, la víctima, M.G., sufrió diversas crisis de ansiedad. Según su pareja, algunas amenazas fueron de muerte. «Tuvimos que ir a Can Misses» porque al final también llegaron amenazas telefónicas al trabajo. Tiempo después, la acusada envió mensajes a varias personas pidiendo perdón.