Los problemas que padecerán algunas zonas de Eivissa por la falta de agua no entienden de firmas protocolarias ni fotografías en sede ministerial. A día de hoy cualquier técnico en la materia sabe que la desaladora de Santa Eulària difícilmente funcionará este verano y la interconexión que debe garantizar agua desalada a otros municipios, sobre todo Sant Josep, tampoco estará lista cuando empiecen las restricciones por agotamiento de los acuíferos.
De hecho, según la información que dispone este diario, en febrero de este año se entregó al Govern por parte del Ministerio de Medio Ambiente las desaladoras de Santa Eulària y también la de Menorca.
El Gobierno central desbloqueó el problema de la planta de Santa Eulària tras el pago de 25,6 millones a la empresa que construyó la planta, un acuerdo que vino avalado por el Consejo de Estado. La desaladora se terminó de construcción hace años, pero una diferencia entre el presupuesto inicial y el final obligaron al Ministerio de Medio Ambiente a litigar durante muchos meses con la empresa adjudicataria. El Govern no quiso recepcionar dicha planta ya que este sobreprecio hubiese repercutido en el precio que se hubiese pagado por el suministro de agua. En estos momentos se desconoce cuándo funcionará la planta desaladora de Santa Eulària, pero la pelota ya está sobre el tejado de la Conselleria de Medio Ambiente una vez que Madrid ha cumplido con el convenio de colaboración firmado en su día con la Comunitat Autònoma para resolver los problemas del agua. El tiempo corre y aún hay infraestructuras sin funcionar.
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