Todos los perros pierden pelo, excepto algunos pocos casos como el caniche o el Bedlington terrrier.
El proceso de muda del pelo forma parte del ciclo normal de crecimiento, estación y caída del pelo dentro del folículo piloso. Esta muda o caída suele coincidir con los cambios de estación, primavera y otoño, hay una caída de pelo y vuelve a salir un pelo nuevo preparado para la siguiente estación.
El problema comienza cuando esta caída de pelo es continua durante todo el año y se agrava si el perro convive con sus propietarios dentro de la casa o el piso. En nuestra consulta solemos oír muchas veces la queja de «es que tengo la casa llena de pelos», es que tengo el sofá lleno de pelos».
Es importante diferenciar esta caída exagerada pero «normal» de las que están asociadas a enfermedades de la piel o problemas hormonales. En las perdidas de pelo exageradas no existen manifestaciones de enfermedad. El pelo se cae y vuelve a crecer y en el manto del perro no notamos ninguna zona sin pelo, ni enrojecimientos o costras. La solución a este problema suele ser difícil porque no es debido a una causa en particular que podamos corregir. Hay que cepillar a menudo al perro con un cepillo o carda que arranque este pelo muerto, baños con champú hidratante, suplementos vitamínicos con omega 3 y omega 6, cambio a una alimentación adecuada, intentar que el perro tenga un cambio térmico acorde a la estación del año en la que vive, esto debido a que si en verano o invierno siempre tiene la misma temperatura en la casa el perro mudará el pelo igual todo el año.
Existen otras muchas situaciones en las que el perro también puede perder pelo. Tras el parto y la lactancia es frecuente que las hembras sufran una caída exagerada de pelo y el manto de la perra se quede casi sin pelos y se vea mucho la piel. Esta pérdida es transitoria y cuando ha pasado el estrés que supone la lactación y el parto el pelo vuelve a crecer normalmente. En estos casos debemos proveer una dieta adecuada y complejos vitamínicos ricos en omega 3 y omega 6 como el aceite de pescado.
Las alergias también producen caída exagerada de la piel pero estarán siempre asociadas a un enrojecimiento de la piel, eritemas, costras y un rascado exagerado. Debemos de comprobar que nuestro animal no tenga pulgas o garrapatas que también suele ser una causa frecuente de picores.
Una mala alimentación o un proceso digestivo crónico que impida la correcta absorción de nutrientes hace que el manto del perro no presente el brillo normal y que se desprendan fácilmente los pelos o se rompan con facilidad. Debemos de comprobar si el alimento que come nuestro perro es el adecuado y si la calidad es correcta, no siempre el más económico es el adecuado aunque tengan los mismos porcentajes de proteínas o fibra que el caro. La diferencia está en la calidad de los componentes que se emplean en su fabricación, que haya diferencias de 30 o 40 € en un saco de pienso nos debe hacer sospechar de que en algún punto se está recortando la calidad.
Los desequilibrios hormonales también suelen ser causa de pérdida de pelo, el hipotiroidismo y el síndrome de Cushing son enfermedades hormonales que provocan una caída del pelo en los flancos, cuello y abdomen, y que dejan zonas calvas sobre la piel, no hay picor pero la piel suele ser fina, frágil y con exceso de grasa. Además irá acompañado de un aumento de peso, letárgia , aumento del consumo de agua y comida, aumento de la cantidad de orina, etc.
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