Los vecinos y comerciantes de la zona, por su parte, mostraron ayer cierta preocupación «porque estamos casi a finales de febrero y tendría que estar mucho más avanzado; sí que es cierto que la obra del año pasado era mucho mayor, pero igualmente nos preocupa que llegue la temporada y queden cosas por hacer», explicaron desde la Federación de Comerciantes La Marina-Puerto de Ibiza, desde donde reconocieron que la construcción del nuevo edificio en esta zona «no influirá tanto como lo hicieron las obras del año pasado, ya que estará vallado y está un poquito más apartado». Además de los trabajos en la zona de es Martell, el gestor portuario se comprometió a subsanar aspectos del nuevo puerto que generaron malestar y caídas entre los transeúntes, como las tarimas de madera rotas o bien las luces salientes del suelo.
Posibilidad
Sobre si creen que se podría tirar el edificio actual y empezar la construcción del mismo después de la temporada, los comerciantes explicaron que desde APB les dejaron claro que no contemplan esta posibilidad. Cabe recordar que el edificio proyectado es de 600 metros cuadrados y que no tendrá usos comerciales (no habrá tiendas ni restaurantes) sino que su finalidad será tener una oficina de información turística y dar servicio a las marinas deportivas que hay en la zona. Desde APB recordaron, además, que la demolición del actual edificio y la construcción del nuevo se hará de forma simultánea. Es preciso señalar que el Consistorio de Vila solicitó a la APB que el nuevo edificio tuviera un tamaño menor a los 600 metros cuadrados previstos en el proyecto, algo que desde APB señalaron que se estudiaría.
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