En estas fechas se amplia el horario de entrada , dentro de las posibilidades del personal, y en especial atención a las personas con una situación de salud más dependiente. Además, los horarios se flexibilizan en el CAM para poder celebrar las fiestas navideñas como, por ejemplo, en el caso de Nochevieja, que se retrasó la hora de ir a dormir para tomar las uvas y así poder hacer un poco más de vida en el comedor.
La ocupación completa no sólo es una situación puntual de estas fechas sino que se prolonga en el tiempo y, a diferencia de otras ciudades que disponen de este tipo de recursos a los que acuden de forma esporádica los usuarios que lo requieren, en el caso de Eivissa las estancias son más duraderas superando los tres meses. En el caso de los hombres, con una edad media de 56 años, la estancia es de 116,71 días; las mujeres, en cambio, son más jóvenes, 53 años y una media de estancia de 100 días.
Desde el Ayuntamiento de Vila recuerdan que en el albergue no se trabaja teniendo en cuenta los plazos de estancia sino con los planes de trabajo individuales establecidos junto a los usuarios, «de aquí nuestra petición de la necesidad de ampliar los recursos y prestaciones en este grupo de población y de la construcción de un centro de baja exigencia».
En el CAM se dan respuestas a las necesidades de las personas «pero también a las que generan y a las que no dan respuesta otras instituciones y servicios, incluidos los sanitarios y mayores», ya que se acogen a personas con postoperatorios, altas hospitalarias o personas mayores que, por su situación familiar, acaban derivados al CAM, pendientes de poder obtener una plaza en una residencia o la recuperación de su estado de salud que les devuelva la autonomía.
Los servicios sociales de Vila trabajan con personas sin hogar, entre los que se encuentran los usuarios del CAM , con los que elaboran un proceso de trabajo, no de estancia de las personas, «aunque sí que se contempla como un indicador dentro del plan de trabajo que se diseña con la persona, porque su objetivo y población diana no es la de un centro de baja exigencia».
Una razón de peso de la plena ocupación es que el albergue de Vila es la única instalación que realiza este tipo de servicio en toda la isla. Desde el Ayuntamiento recuerdan que este tipo de servicio «debería ser obligatorio en los municipios que superan los 20.000 habitantes». Es decir, todos los municipios de la isla, salvo el caso de Sant Joan que no llega a la cifra de 20.000 habitantes.
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