Mientras la mayoría de las personas disfrutan de la entrada del nuevo año celebrándolo en las fiestas organizadas para la ocasión, hay un grupo de trabajadores que no descansan en una jornada tan señalada para garantizar que la jornada transcurra con normalidad y que los posibles sobresaltos no vayan a mayores.
Son los efectivos de las fuerzas de seguridad, bomberos, sanitarios, protección civil y emergencias. Muchos de ellos empezaron la guardia a primera hora de la tarde con la cobertura a la carrera de sa Pujada a la Catedral. Agentes de la Policía Local y Protección Civil controlaron el trazado de la prueba atlética que sirve para despedir el año en Vila mientras los sanitarios de Ib-Salut atendían aquellos corredores que habían sufrido alguna incidencia.
Las horas más intensas para estos trabajadores llegan una vez pasada la medianoche.
El principio de la noche transcurrió con normalidad y los efectivos de guardia cenaron en sus lugares de trabajo con los que son prácticamente su familia. Los bomberos de Eivissa habían previsto un retén de guardia de un cabo y seis efectivos que cenaron en el Parque de Bomberos siempre atentos, eso sí a cualquier aviso de alerta. En Vila, la decena de agentes de la Policía Local tuvo que atender varias incidencias que suelen repetirse año tras año el primer día del año.
Los efectivos del 061 atendieron también al poco de empezar el 2016 una accidentada en motocicleta, mientras Protección Civil colaboraba en los puntos de fiesta.
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