El montaje, dirigido por Silvina Sodano, es un alegato ecologista que defiende la necesaria protección de esta planta marina y que engrosa la serie de aventuras acuñada bajo el epígrafe Piratas de la Impro, que la compañía ibicenca lleva escenificando en las Pitiüses durante los últimos meses cosechando un éxito considerable.
La historia arranca cuando una niña llamada Suny le pide un disfraz a su abuela (Carlota). Buscando en su baúl de tesoros mágicos, la simpática anciana encuentra las vestimentas de un pirata y le explica a su nieta cómo contribuyó de joven a conservar la Posidonia pitiusa y con ello, la riqueza y belleza natural del mar.
Con este planteamiento, los tres actores que intervienen en la obra (Alejandro Varela, Jimena Brusacá y la propia Sodano) desarrollan una historia en la que Lila, una amiga de Carlota, utiliza la Posidonia como cosmético para no envejecer en cantidades industriales. En un momento dado, se da cuenta del desastre medioambiental que puede ocasionar y rectifica gracias a los consejos de su amiga.
Además de los tres intérpretes, que utilizaron títeres y teatro de sombras para hilvanar el relato, tampoco faltó una de las características de los espectáculos de Impro Ibiza: la participación más espontánea y genuina del público. En esta ocasión, los protagonistas de la acción invitaron a algunos niños a involucrarse en esta aventura, manejando, por ejemplo, una brújula que debía establecer si la historia debía proseguir por tierra o por mar.
Por otra parte, la compañía Impro Ibiza también cosechó un notable éxito de público el pasado domingo en Jesús, cuando puso en escena Menú Impro. En este montaje, también infantil, Brusacá, Sodano y el músico Diego Ben dan vida a un chef y a sus dos ayudantes, trío que afronta la elaboración de un menú con la ayuda, como no podía ser de otra forma, del público.
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