El día de ayer en el Centro Cultural de Jesús quedará grabado en la memoria de muchos niños por ser aquel en el que el Mago Albert consiguió traer a Papa Noel a Eivissa a través de su magia.
Y eso que cuando llegaron a las instalaciones la tarde no pintaba especialmente bien. La mayoría se quedaron con la boca abierta al ver que no había ni rastro del personaje al que esperaban ansiosamente para darle su carta. Sin embargo, en muy poco tiempo el mago ibicenco consiguió que Papa Noel llegara desde Laponia directamente a nuestra isla gracias a su sentido del humor y sus peculiares números.
Por ejemplo, hizo posible que en Jesús un periódico se convirtiera en confeti, que un libro cobrara vida con nariz, ojos y sonrisa a modo de lo que se conoce como la red social Facebook (traducido como cara libro en castellano) o que una mesa volara hasta donde estaba sentado uno de los niños. E, incluso, consiguió transformar un papel blanco en una gran tormenta de copos de nieve mientras explicaba a los pequeños lo que supuso para él la primera vez que vio la nieve.
Además, el espectáculo fue totalmente interactivo para los niños. El mago, al tiempo que dejaba a todos con la boca abierta con su magia, fue contando historias relacionadas con la Navidad, la mayoría con moraleja, concienciación y un trasfondo educativo para los más pequeños. Especialmente destacada fue la referencia a Rudolf, un reno diferente a todos los que forman parte del grupo que tiran del trineo de Papa Noel y que, sin embargo, a base de respeto y comprensión, se acaba convirtiendo en el preferido por todo el mundo. Gracias a este divertido animal de nariz roja, todos los niños salieron del centro cultural sabiendo que nunca hay que discriminar a nadie porque sea distinto.
Unos valores que también transmitió el Mago Albert cuando, momentos antes de que apareciera Papa Noel, hizo que los niños llevarán a cabo su Juramento de Niño Mayor. Todos prometieron muy serios que serán buenos, que estudiarán, que entenderán el esfuerzo de sus padres por hablar con Papa Noel para conseguir los regalos e, incluso, que cuidarán a sus hermanos y limpiarán su habitación.
Y tras ello... llegó Papa Noel desde Laponia desatando la locura y cargado con toneladas de paciencia para recoger todas las cartas. Y mientras, en un rincón, el Mago Albert miraba con satisfacción. Había conseguido el objetivo de traer a Papa Noel a Jesús con su magia.
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