Los vecinos y restauradores de Cala Vedella explican que los turistas se lamentan del mal estado de la calzada, que se convierte en un barrizal cuando llueve abundantemente. | Toni Escobar

La arena y la tierra han tomado literalmente la carretera. Esto es lo que cualquiera puede ver al ir hasta cala Vedella y observar el camino que cruza y la vez bordea la playa. Un problema que según vecinos y propietarios de negocios de la zona se agrava con las lluvias, ya que ésta se convierte en un lodazal impracticable. «Es una vergüenza. Nos tienen completamente olvidados, y hace años que estamos así. No hay ningún punto turístico en la isla que presente este estado. Ni en los países tercermundistas», cuenta Juan, vecino de la zona, quien al principio es reticente a la hora de hablar pero que al final se explaya criticando al ayuntamiento de Sant Josep: «Los políticos no hacen nada. Hay quejas hace años, pero parece que no les interesa».

Pero desde esta misma institución, por medio de su concejal de obras Ángel Luis Guerrero, explican que el consistorio lo único que puede hacer es ‘tapar agujeros’, ya que dicha carretera pertenece a la Demarcación de Costas. «De hecho hace unos ocho años se intentó llevar a cabo un proyecto para poner aceras y farolas pero no se llegó a un acuerdo con los vecinos. Después cambió el color del gobierno y…», asegura el concejal, y dice que «la verdad es que estaría bien que hicieran algo ya, esa carretera está bastante mal».

Pero este argumento es desmontado vehementemente por Pedro, propietario del único restaurante que a simple vista encontramos abierto en la playa. «No es verdad que el ayuntamiento no sea responsable del camino. De hecho hace un año y medio se intentó llevar a cabo un proyecto para la mejora de éste, y cuando se tenían que dar los permisos se echó atrás porque se dieron cuenta de que el suelo era rústico, ni ellos mismos lo sabían. Ahora quieren convertir el suelo en urbano, pero eso vete tú a saber cuántos años más nos llevará». «Ahora somos la Asociación de Comerciantes de Cala Vedella quienes pagamos las palas para arreglar un poco el camino, como todo». Y se explaya a la hora de criticar que la playa está completamente abandonada: «Todo lo tenemos que hacer nosotros. Antes la asociación de vecinos tenía la concesión de las hamacas y limpiaba la playa, ahora la nueva concesionaria no hace nada y la arena está llena de suciedad. Igual que la barrera anti medusas y las bombas, las primeras nos las dio la Comunidad Europea, pero los permisos nos costaron 15.000 euros. Cala Vedella está creciendo mucho, se dan licencias para construir desmesuradamente y no hay ni bastante potencia de luz y la depuradora no da más de sí, está todo colapsado».

Pero el camino que cruza la playa sigue estando mal. Tierra, arena, socavones que se convierten en lagos improvisados cuando llueve… «y luego los turistas nos insultan y nos pegan la bronca por tener esto así», sentencia Pedro.

Por su parte, desde Costas (Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente) informan en una escueta nota de prensa de que no hay en proyecto ninguna actuación al respecto, y conminan a este periódico a preguntar al ayuntamiento.