Jaume Ródenas (Barcelona, 1950), consultor ejecutivo de empresas y aficionado a la fotografía, se jubiló hace casi cuatro años y vino a vivir a Eivissa. Desde entonces ha estado buscando una actividad donde dedicar parte de su tiempo hasta que pensó en fundar el Banco de Alimentos de Eivissa y Formentera, que se constituyó el pasado 20 de octubre.
—¿Cómo surgió la iniciativa de impulsar el primer banco de alimentos de las Pitiüses?
— Llevo tres años instalado en Eivissa y estaba buscando alguna actividad para desarrollar de forma altruista hasta que se me encendió la luz de los bancos de alimentos. Entonces, me encontré con la sorpresa de que en Eivissa no había. Pregunté si tenía sentido hacerlo y me dijeron que sí, que la isla tenía masa crítica suficiente para que tenga un banco de alimentos. Lo primero que hice fue contactar con Cáritas y Cruz Roja para presentarles mi idea y decirles que no quería molestar en su trabajo, pero estuvieron muy contentos. Luego hablé con las instituciones y, aunque me pillaron las elecciones por en medio y tuve que repetir la ronda, por parte de todos tuve muy buena acogida. El siguiente paso fue constituirnos como fundación.
— Una vez constituidos, ¿cuándo se empezarán a distribuir los alimentos?
— El siguiente paso es poner operativo el Banco de Alimentos, y para eso necesitamos un local de unos 500 metros cuadrados. Es imprescindible para empezar y es una lástima porque vemos que la máquina está a punto, pero falta esto. El local se tendrá que acondicionar para conservar los alimentos y habilitar unas oficinas.
— Aunque dependen de este local, ¿se han marcado alguna fecha para ponerlo en marcha?
— Me he marcado como reto que una vez me entreguen las llaves del local, ponerlo en marcha en cuatro meses. ¿Cuándo nos darán las llaves? No lo sabemos. Voy con frecuencia al Consell d'Eivissa y al Ayuntamiento de Vila y voy picando a las puertas. Espero que un día se cansen y me den un local. Hasta entonces, esperaremos.
—¿Cómo funcionan los bancos de alimentos?
— Los bancos de alimentos se nutren de excedentes de producciones alimentarias de Europa. Bruselas decide que hay una sobreproducción y en lugar de quemarlo, que se hacía mucho y que aún se hace, lo reparte por países. En España, el Ministerio reparte la mitad a instituciones de servicios sociales, para ello buscan a un único interlocutor que ahora es Cruz Roja, y la otra mitad se entrega a la Federación de Bancos de Alimentos, que los distribuye entre los 55 bancos que hay en función de los beneficiarios que tiene cada uno. Obviamente esta rama a Eivissa no llega, porque no hay banco. Por ejemplo, en 2014 recogieron fruta y la licuaron y salió un millón de litros de zumos que se repartieron, pero en Eivissa no llegó ni un vaso. Y el año pasado, Amancio Ortega donó cuatro millones de euros y nos dijeron que a Eivissa le hubiera tocado entre 60.000 y 80.000 euros.
—¿Se ha hecho una previsión de cuántas personas se podrán beneficiar del Banco de Alimentos en las Pitiüses?
— Por no estar constituidos no tenemos acceso a esta información. Por estadística es entre un 5% y un 7% de la población, por tanto en las Pitiüses se podrían beneficiar entre 6.000 y 7.000 personas. Por otra parte, si miras la memoria de Cruz Roja dice que el año pasado atendieron a 1.800 personas, en Cáritas a 4.500 personas y en Formentera, a unas 600 personas. Al final son cerca de 7.000 personas.
—¿Se producen excedentes en los bancos de alimentos?
— Se puede dar el caso. Yo he visto, por ejemplo tomates floridos porque llega una partida tan grande que no se puede repartir. Pero si algún día nos llegan dos contenedores de tomates y solo somos capaces de repartir uno, intentaremos buscar voluntarios para hacer botes de conserva, por ejemplo.
—¿Una familia necesitada cada cuanto tiempo recibe estos lotes de comida?
— Los bancos de alimentos no dan alimentos directamente a las familias, sino que los reparten entre las instituciones que reparten comida como Cáritas, Cruz Roja o Formenterers Solidaris, que están controladas por los servicios sociales de los ayuntamientos. Cada una monta su logística dependiendo de la cantidad que hay.
— Para constituir este banco de alimentos, ¿cuánto dinero se ha tenido que invertir y cómo se ha financiado?
— La ley dice que para constituir una fundación tienes que tener un capital mínimo de 30.000 euros. En nuestro caso, lo han puesto entre personas particulares y empresas. Hay que destacar que la aportación más importante la ha hecho un ciudadano residente en Suiza y la segunda, la Caixa. Tenemos una cuenta abierta (ES83 2100 0225 0802 0044 9775) para que se puedan hacer aportaciones y una página web en construcción (www.baef.es), que estará lista en dos meses.
—Además de las donaciones, ¿qué otras formas tienen para recaudar fondos?
— Estimo que el presupuesto de un año puede estar entre los 80.000 y 100.000 euros. Tiene que contemplar los gastos habituales o el salario de dos personas contratadas a media jornada, una para hacer las funciones administrativas y otra que se encargará del almacén. El flujo de entrada son las donaciones y espero que las instituciones también colaboren.
—¿Cuántos voluntarios serán necesarios?
— Los dos bancos grandes, Madrid y Barcelona, tienen 200 personas voluntarias trabajando. Estimo que entre 40 y 50 personas tendremos de sobra y ya tenemos gente que se ha apuntado. Por ejemplo, necesitaremos conductores para llevar la furgoneta, que ya tenemos la donación de una persona que dio el dinero para comprarla.
—Llegarán los alimentos también a Formentera, ¿cómo se financiará el transporte de alimentos?
— También tenemos un acuerdo con Fundación Balearia que nos hace gratuitamente el transporte marítimo tanto desde la Península a Eivissa, como de Eivissa a Formentera.
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