Raúl Cuesta Brea (León, 1983), funcionario de carrera del Ministerio del Interior, es la cara visible del proyecto de Ciudadanos en Eivissa. Sin embargo, uno de los nombres de la formación que más polvareda ha levantado es el de Maite Planells, antigua afiliada al Partido Popular y gran amistad de Vicent Serra. No llegaron a tiempo a las pasadas elecciones municipales, pero en poco tiempo han conseguido reunir a más de 100 afiliados. Su objetivo más inmediato es acabar con el bipartidismo en España y aupar a Albert Rivera a la Moncloa. En pocos días sabremos qué candidatos ibicencos forman la lista al Congreso y al Senado.

—¿Ciudadanos es un partido de izquierdas o de derechas?

—Esta es la pregunta más solicitada que he tenido desde que estoy al frente de la agrupación. Le voy a nombrar a Salvador de Madariaga, un ingeniero de La Coruña de principios del siglo XX. Él decía que si tenemos dos ojos es para mirar bien el camino; no podemos mirarlo sólo con el izquierdo ni solo con el derecho. Pues con esto pasa igual. La mochila ideológica que tenemos todos los españoles –o eres del PP, o eres del PSOE o nacionalista– nos hace ir tuertos por la vida. Ciudadanos ocupa el centro, que es una opción política diferenciada de la izquierda y la derecha. En países del norte de Europa existe esta opción y aquí había ese vacío que lo ha ocupado Ciudadanos.

—Véndame Ciudadanos. ¿Por qué la gente debe confiar en ustedes y no en el PP o en el PSOE?

—En las últimas dos décadas lo que se ha visto muy claro es que el PP y el PSOE se han olvidado de hacer política para los ciudadanos y sólo la han hecho para los partidos. Albert Rivera y todos los políticos que tiene Ciudadanos ejerciendo, ninguno hace promesas sino que ven un problema y le dan una solución, trabajan. Nos vamos a centrar en dignificar, profesionalizar la imagen del político y dar soluciones a los problemas que están enquistados.

—En Eivissa acaban de nacer. ¿Cuántos afiliados son?

—Empezamos un grupito de 12, cuando se constituyó la agrupación llegamos a 47, y ahora hemos pasado del centenar. En Ciudadanos hay dos perfiles: puedes ser afiliado, con derecho de voto en la asamblea y paga una cuota; y simpatizante, que no paga cuota ni tiene voto. Lo llevamos con mucha ilusión y responsabilidad.

—¿Qué perfil tiene la gente de Ciudadanos en Eivissa?

—Hay gente que no le gusta la palabra tecnócrata pero más de la mitad de los afiliados no tienen pasado político y me quedo corto, te voy a decir dos terceras partes. Tenemos economistas, funcionarios, abogados, médicos, hosteleros, muchísimos empresarios… Un perfil muy variado.

—¿Qué le llevó a Ciudadanos?

—Le voy a nombrar otra frase, de John Fitzgerald Kennedy: ‘No pienses qué puede hacer tu país por ti sino qué puedes hacer tú por tu país’. Como he viajado mucho, he vivido en Barcelona, sufrí el tripartido catalán y cuando estudiaba allí me tocó la imposición lingüística. Como policía empecé a trabajar en Madrid y en más sitios y me di cuenta de que las cosas se hacían mal. Y hablabas con cualquier persona que tenía una profesión, que no vivía de la política, y te daba mejores soluciones. Tenía un pequeño bagaje político en la Policía Nacional dentro del sindicato de la Confederación Española de la Policía, que tiene coartado el derecho a la huelga, y decidí hacer política fuera del Ministerio del Interior. Si se pueden hacer las cosas bien, tengo 31 años y pensé que era el momento de salir de mi zona de confort y si son ocho o doce años los que aguante, intentar mejorar lo que pueda.

—Decía que dos terceras partes de los miembros de Ciudadanos en Eivissa no habían estado en política, pero han salido los nombres de Maite Planells y Víctor Lozano, que estaban en el PP. ¿Suman o restan estas personas?

—Yo creo que todo suma. No miramos nombres y apellidos, uno puede ser del PP o del PSOE, porque todos creo que lo hemos sido en un momento en la vida, y no estar de acuerdo con la política que tiene ahora el Gobierno. Si son personas que vienen a trabajar, bienvenidas, porque estoy seguro que con la experiencia que tienen van a aportar cosas positivas.

—¿Ciudadanos cree en el Estado de las Autonomías?

—Le voy a hablar a nivel local y personal. Yo claro que creo en el Estado de las Autonomías porque la pluralidad cultural que tiene España es algo que hay que mantener y proteger. Lo que sí es cierto es que, a nivel personal, yo centralizaría un par de cosas para ahorrar partidas económicas brutales y aprovechar los recursos de la administración. Tenemos cuatro niveles administrativos, sin contar con el europeo, y eso lastra al ciudadano y al empresario.

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—¿Qué debería devolver Balears al Estado?

—Baleares aporta mucho al conjunto de España. Igual que hay comunidades como Cataluña y el País Vasco que se nutren de las más pobres, sería de justicia e igualdad que Baleares reciba más de lo que aporta. La doble insularidad que sufrimos en Ibiza hace que necesitemos más inversión por parte del Gobierno central.

—¿Pero qué competencia debería devolver Balears?

—A nivel personal soy partidario que la Sanidad se unifique. Si compras penicilina para 50 millones de ciudadanos la comprarás más barata que si lo haces 17 veces para cada autonomía. Hay otra cosas que me llama la atención: según los principios de solidaridad e igualdad que defiende la Constitución, en Sanidad se saltan a la torera. Si naces en una comunidad como Murcia, por poner un ejemplo, tienes derechos en el parto que no tienen en otra comunidad. Creas unos españoles de primera y de segunda.

—¿Están a favor de la inmersión lingüística en catalán en Balears?

—Yo creo que hay que defender a capa y espada el ibicenco, que es patrimonio de las Pitiusas. En el tema de la lengua, yo he defendido siempre que es un canal de comunicación. Lo que no veo normal es relegar a un segundo plano a un canal de comunicación de 550 millones de hispanohablantes que somos a nivel mundial. ¿Inmersión lingüística? Creo que tiene que existir una paridad entre el castellano y el ibicenco. Yo respeto al catalán, que se habla en Cataluña, pero creo que el idioma que tendríamos que defender en las escuelas es el ibicenco.

—¿Piensan que podrán conseguir un diputado al Congreso por Baleares?

—Estoy seguro que sí. Hay muchas matemáticas detrás de unas elecciones generales, pero estoy seguro que Ciudadanos tendrá representación en Baleares.

—¿Es una opción real que Albert Rivera sea presidente?

—No me acuerdo en qué parte de Canadá durante la última semana de campaña un partido muy parecido a Ciudadanos, que defendía el centro, subió cinco puntos en contra de todas las expectativas. Si Albert Rivera no es presidente el 20 de diciembre creo que lo será en las próximas generales si seguimos trabajando como ahora lo estamos haciendo. De lo que estoy convencido es que seremos la segunda fuerza política.

—¿Qué piensan de Podemos?

—Que son bienvenidos siempre y cuando vengan a trabajar y a sumar. Podemos representa a una parte muy importante de la ciudadanía y aquí nos tienen para dialogar y trabajar en todo lo que quieran, siempre acorde con nuestro ideario y a nuestra forma de enfocar la política.

—¿A qué achaca el aumento de Ciudadanos en las últimas encuestas?

—Al descontento generalizado del ‘tanto monta monta tanto’ de PP y PSOE. La gente ve que no se hace política pensando en el ciudadano sino en no perder el escaño y en el número de votos en las próximas elecciones. A la gente, que ya tiene un nivel cultural alto en nuestro país y la globalización de los medios de comunicación nos hace disponer de mucha información. Y la gente ha dicho: ‘¡Basta ya! Sois nuestros gobernantes y estáis haciendo partitocracia en vez de democracia’.

—Albert Rivera comentó hace unos días que España necesita una segunda transición. ¿Comparte su idea?

—Hace tiempo que veo esa idea. La misma ilusión que había en el 78 y que mis padres me han transmitido, porque yo no lo viví, está latente. La gente quiere un cambio, un cambio a mejor.