Joan Amorós, en la sede del Periódico de Ibiza y Formentera. | DE

Joan Amorós Salinas, portavoz de la Assemblea de Docents de Eivissa desde hace un año y medio, es profesor de Primaria en el colegio de Can Misses de Eivissa. En esta entrevista repasa la situación de la educación en la isla, sus propuestas recogidas en Illes per un Pacte, y las últimas actuaciones desarrolladas como su no al acuerdo con la Conselleria d'Educació tras la votación de la semana pasada.

—¿Qué supone que el 69,9% de los docentes votaran no al acuerdo con la Conselleria d'Educació?
—Supone que no estamos de acuerdo con la propuesta que nos ha ofrecido la Conselleria y que se puede mejorar mucho; sobre todo por el mensaje que nos han transmitido de que esto es una prioridad pero luego vemos que no está plasmado en los presupuestos. Por ejemplo, tienen la previsión de subir del 2,9% del PIB destinado a educación al 3%, sólo una décima y eso nos parece poco. Nosotros lo llevamos todo a los centros para que voten los docentes y salió que no. No nos gusta esta propuestas y queremos seguir negociando y mejorando.

—¿Qué quieren mejorar?
—Tenemos las ratios, alumnos por aula, muy elevadas. Los estudios, a nivel internacional, dicen que bajar las ratios implica una mejora en el proceso de enseñanza y aprendizaje. No hemos visto un esfuerzo suficiente en bajarlas. En infantil hay 25 niños por aula y eso es una auténtica locura. En Primero de Bachillerato hay clases con 42 niños. También está el tema de recortes que ha habido en la pasada legislatura y lo que nos afecta económicamente a los profesores, como pagarnos sexenios, complementos por ser tutor o jefe de departamento. Las horas lectivas de los profesores de secundaria se alargan durante tres años , pasaron de 18 horas lectivas a 21. Te aumentan el horario dentro del aula y eso repercute en la coordinación de los profesores y la calidad de la enseñanza.

—Y la huelga sigue convocada pero a efectos prácticos no se hace, ¿es una medida de presión?
—Por una parte es una medida de presión, pero por otra queremos mostrar nuestro malestar con estas medidas que empezaron la legislatura anterior y que parece ser que van a durar tres años más, hasta 2018. Después de esta votación tenemos que decidir qué hacemos con nuestra convocatoria de huelga. Volveremos a preguntar a los compañeros.

—¿Van a hacer otra votación?
—No lo sabemos. Tenemos que reunirnos y hacer otra asamblea. En un momento se planteó hacer dos preguntas en la misma votación pero luego se descartó. Nuestro proceso es más lento al ser asambleario y la gente, a veces, no acaba de entenderlo pero pensamos que es la mejor forma de funcionar porque recogemos el mayor número de voces posible.

—¿Pensaban que con el cambio de políticos por las urnas iban a tener más respaldo?
—Queremos que se entienda que ha habido un cambio estos cuatro años. No sólo nosotros, sino los padres, los directores o la propia universidad. Ha habido un movimiento por la educación que es muy positivo. La gente se está moviendo mucho y, sobre todo, de forma voluntaria. Queremos que se vea ese cambio de modelo, que los partidos políticos han de escuchar a la comunidad educativa.

—¿Cómo funciona la Assemblea de Docents?
—Cada centro tiene su asamblea de docentes y se apunta quien quiere. De esas asambleas de centros formamos una general. Son abiertas y puede hablar cualquier docente. Queremos dar el paso a una asociación profesional docente, similar a un colegio profesional. Estamos haciendo los primeros pasos para que se profesionalice y tener muchas funciones que ahora no tenemos, como tener nuestra voz en los planes de estudio de Magisterio de la universidad, en las mesas de negociación y en diferentes ámbitos que no tenemos representación.

—Antes ha hablado de las ratios, es ¿dónde se tendría que incidir en Eivissa?
—Las ratios en Eivissa están más elevadas que en el resto de Balears. De hecho, casi un 15% de las clases superan las ratios y eso es muy preocupante. Y más cuando los alumnos que vienen desconocen una de las dos lenguas de la comunidad, a veces vienen de países con un nivel más bajo de educación y ese porcentaje de inmigrantes es mucho más alto que en el resto de las islas. Al problema de ratios se suma el de nuevos alumnos, que necesitan recursos extra. No nos sirven los estándares que pone Conselleria para dar profesorado. Cada centro necesita sus apoyos. Hay que ver los alumnos inmigrantes y de necesidades educativas así como las ratios.

—¿Hay guetos?
—No, hay un problema de escolarización de alumnos. Por ejemplo, en Sant Antoni hay un gran número de alumnos magrebíes y todos van Cervantes y Vara de Rey. Los otros dos colegios están el extrarradio. Ha habido años en los que había 18 o 19 alumnos magrebíes de tres años en un aula con desconocimiento de lenguas. Nos gustaría que la escolarización se reparta mejor. También hay problema de infraestructuras, no de construcción, sino de mantenimiento y hay que hacer un mapa escolar para hacer una previsión a largo plazo.

—¿Qué esperan de esta legislatura?
—Que el documento elaborado por Illes per un Pacte consensuado con toda la comunidad educativa vaya adelante y que el acuerdo social que nosotros hemos alcanzado se lleve a nivel político. Un elemento clave es el consell escolar que ha de tener una composición más adecuada a la representatividad de cada movimiento y lo que salga de allí tiene que ir al Parlament. Que sea la base de una futura ley educativa balear.

—¿Y si no?
—Tendremos que ejercer presión. El cambio de modelo tiene que ser sí o sí. No somos un movimiento político. Y con esta votación se ha demostrado que no es el color del partido que esté sino la educación y que se escuche a los que estamos implicado en ella.