La vicepresidenta primera del Consell, Viviana de Sans, durante un momento de la entrevista. | DE

Viviana de Sans (Barcelona, 1967) hace balance de sus primeros tres meses como vicepresidenta primera del Consell d'Eivissa. En su estreno como política reconoce que es «chocante» las dificultades burocráticas de la administración y que debe medir mejor sus palabras para no meterse en «líos».

— ¿Qué impresión se lleva de estos primeros meses en el Consell d'Eivissa? ¿Es lo que esperaba?
— La verdad es que me gusta la posibilidad de poder estar en una institución donde puedes cambiar y mejorar cosas para la ciudadanía. Tampoco lo esperaba, era de las que no quería dar el paso para entrar en las listas, pero las cosas fueron así y estoy contenta. En la impresión que me llevo hay de todo. La parte negativa es el funcionamiento de toda la maquinaria de la administración pública. Al no estar acostumbrada, es lo más complicado, ver todos los pasos y la lentitud con la que se produce todo.

— ¿Está siendo buena la relación con el PSOE?
— Tuvimos una negociación bastante completa, en la que acordamos unas medidas claras y calendarizadas. Evidentemente somos dos partidos diferentes y tenemos sensibilidades diferentes, pero nos ha unido la situación y, sobre todo, un programa de medidas que estamos cumpliendo y que son un poco nuestro libro de cabecera.

— ¿No hay discrepancias en ningún tema?
— En los dos desacuerdos que hubo durante las negociaciones: uno en el tema de los salarios y el otro en el tema de la ubicación de la depuradora. En el resto, puede haber matices.

— Dos puntos en los que han ‘ganado' ellos...
— Una de las cosas que sacamos en el acuerdo en relación a los dos desacuerdos era que en ninguno de los dos partidos se renunciaba a hacer los pasos necesarios para intentar conseguir lo suyo. Con los salarios seguiremos insistiendo y llevaremos mociones a pleno para cuando se tengan que aprobar los presupuestos. Seguiremos haciendo nuestra política. Respecto a la depuradora, tres cuartos de lo mismo.

— En estos inicios, ha tenido algún ‘patinazo' como usted misma decía en su blog. ¿Se tienen que medir mucho las palabras?
— Cambia, porque cualquier cosa que digas puede tener una gran repercusión y se tiene que ir más con cuidado. No soy una persona reservada ni medida, sino más bien extrovertida que no me cuesta hablar y es verdad que tengo que hacer un ejercicio de contención para no meterme en líos y no hacer más patinazos.

— ¿Se arrepiente de haber dicho alguna cosa?
— Sí, por ejemplo con el tema de la web de Transparencia. Una persona de fuera piensa que comprar un dominio y un alojamiento web es cuestión de cinco minutos y cuando llegas aquí te das cuenta de que los trámites deben pasar por tres departamentos, que tienes que hacer un montón de firmas y que necesitas un mes y medio para comprar el dominio. Hemos dado plazos para una cosa en la que después se han visto desbordados por la situación. Por un lado, por lo que cuesta tirar adelante las cosas en el Consell y, por otro, porque está costando mucho encontrar información de estos últimos cuatro años. No es que no haya habido una labor de transparencia, sino que casi ha habido una labor de ocultación. No me preguntes cuándo saldrá el portal, porque no me volveréis a enganchar.

— Entonces, ¿reconoce que cuesta todo más de lo que uno piensa antes de entrar en la administración?
— Sí, al principio es chocante, no te lo puedes creer. Después, cuando conoces la institución te das cuenta de que también todo son garantías para que las cosas se hagan con corrección. Son procesos que probablemente deberían ser más ágiles. Con la administración electrónica, que se empezará a implantar a finales de año, se dará un paso más.

— Hablando de arrepentimientos, especialmente polémico fue el comentario sobre los asesinados durante la Guerra Civil enterrados en la Catedral...
— Lo que decía... cuidado con lo que dices porque tienes mucha repercusión. Evidentemente, soy la vicepresidenta primera de la institución y tengo que ir con cuidado con estas cosas. Realmente no era un comentario malicioso ni con ánimo de que nadie se sintiera herido. Me pareció entrañable, vi la fotografía y me hizo gracia el orden. Cuando se creó toda la polémica no consideraba que había dicho nada que pudiera molestar a nadie, pero visto que sí, tampoco me cuesta nada pedir disculpas cuando me he equivocado.

— Cuenta con un blog personal, ¿cree que es positivo para explicarse o rectificar?
— Sí, la idea original no era que fuera para rectificar ni corregir, la idea era la de dar más información de la que la gente puede percibir de una rueda de prensa. Pero después, visto lo visto, es una buena herramienta para poder rectificar o modelar algunas cosas en las que me puedo equivocar o que no me he expresado debidamente.

— Al principio era de las que no estaban de acuerdo con que Podemos formara parte del equipo de gobierno, ¿ha cambiado de opinión?
—Son sentimientos encontrados. Mi punto de vista era que para Podemos en Eivissa era mejor no entrar y quedarnos en la oposición y llevar la correa corta al gobierno. Fue una sorpresa bastante grande que saliera la opción de entrar a gobernar. Efectivamente, es desde donde puedes hacer más para cambiar las cosas y tener más incidencia, pero pensaba que como estrategia política de Podemos era mejor quedarse fuera, era lo que recomendaba también el partido a nivel estatal, un poco para no meterse en líos.

— Para dejarlo claro, ¿está a favor de la ampliación del aeropuerto para jets privados?
— No es un tema de esta ampliación concreta. El tema es si ampliar constantemente la plataforma y estar a disposición de unas necesidades de una clase de turismo concreto. Ampliar para que en julio y agosto nos quepa cuanta más gente mejor, claramente no estoy a favor. No podemos seguir creciendo, tenemos que apostar por un modelo que respete al máximo nuestro territorio. Esto pasa por no crecer ni una gota más. Hay que alargar la temporada y repensar el modelo.

— ¿Pero está a favor de este proyecto en concreto, en el que además AENA está dispuesta a salvar los elementos etnográficos que se pedía desde el Consell?
— El Consell no tiene competencias para decir sí o no. Si me preguntas si a mí me gusta la actual ampliación de la plataforma, pues no. Preferiría que no se ampliara, pero le corresponde a AENA. También agradecemos que, ya que se hace, se respeten todos los elementos etnográficos de la zona.

— ¿Cómo se tomó el comentario que hizo Pablo Valdés sobre que no le importaba la opinión de sus bases respecto a este proyecto?
— Sin palabras. Las palabras definen a quien las pronuncia.

— La Conselleria de Transparencia es nueva y el principal proyecto parece que es el portal web, pero una vez hecho, ¿en qué trabajará esta Conselleria?
— En muchas cosas y muy variadas. No solo es el portal de Transparencia, en el que hay que volcar toda la información, sino de hacerlo con una web visual e intuitiva. Por otra parte, tenemos la parte de la participación, hay que llegar a la ciudadanía y hacerla partícipe de las decisiones políticas. Hay mucho trabajo porque el departamento es nuevo, hay que empezar de nuevo y redactar un reglamento nuevo. Al final, de lo que se trata es de conseguir que en estos años la gente sienta la política de otra manera, que vea que tiene la capacidad de influir, que la sienta suya y que tiene herramientas para hacer llegar propuestas y denuncias. Estamos trabajando en las consultas populares, para que los grandes temas pasen por consultas y Eivissa se convierta en una isla donde la gobernanza sea abierta y transparente.

— Han denunciado que hay carencias de personal en el Consell , ¿hace falta más gente para gestionar la institución?
— Hay carencias serias y hay muchos temas que han estado absolutamente parados durante cuatro años. Diría que en todas las conselleries, menos en la de Economía. Aquí no, aquí iban muy finos, incluso se pagaron 13 millones anticipados de préstamos, que no se utilizaron para mejorar condiciones sociales. Es una muestra de incompetencia política, porque si quiero un gestor, lo contrato y te lo lleva tranquilamente. Los políticos somos algo más que gestores económicos, se trata de hacer políticas para la ciudadanía no para beneficiar a los bancos.
También ha habido una disminución de personal, se tiene la sensación de que el Consell es un mastodonte, pero trabaja un 0,46% de la ciudadanía de Eivissa, es uno de los porcentajes más bajos respecto a España y Europa. La plantilla desde 2011 a 2014 ha bajado en casi 200 personas. Se ve también la ideología política: si no dotamos de personal la ITV y va muy mal, la privatizamos porque no funciona.

— Con Gianandrea di Terlizzi se ha abierto una nueva polémica. El Consell anunció que trabajaría en el departamento de Transporte, pero no tiene contrato y el PP denuncia que siempre está en el Consell.
— Desmentir primero que tenga una mesa y que esté utilizando recursos del Consell. Gran parte del programa electoral lleva su firma. Viene a las reuniones quincenales de seguimiento de los acuerdos alcanzados con el PSOE y a las que hacemos cada semana con el grupo Podem-Guanyem, tanto de los ayuntamientos como del Consell. Si lo hacemos aquí es porque es el espacio más grande que hay. Cuando viene se le permite aparcar en el parking porque no está contratado, no tiene ningún sueldo, baja desde Sant Joan sin cobrar ni un duro, lo mínimo que podemos hacer es cederle uno de nuestros puestos. Es el más vilipendiado, el más ultrajado, con el que más se han metido y no cobra ni un duro y se hace un hartón de trabajar.