El responsable de comunicación de Globalia aseguró ayer que la mayoría de los pasajeros ya habían cogido un vuelo y estaban intentando recolocar en otros vuelos a una quincena que aún quedaban en Eivissa sobre las doce del mediodía.
Los pasajeros decidieron no volar después de que el comandante de la aeronave les explicó que había un problema con el sistema de frenado y que con la carga que llevaba «no estaba en condiciones de aterrizar en Madrid», según las declaraciones a Efe de una pasajera.
Según las explicaciones ofrecidas ayer por la compañía, las declaraciones del comandante «se interpretaron a la tremenda» y 45 pasajeros optaron por quedarse en tierra de los 170 que viajaban. «Se les dio la oportunidad de ir a Palma pero decidieron no ir», comentó. Esas 45 personas desembarcaron sus maletas y se quedaron en Eivissa mientras que el resto optaron por volar rumbo a Palma para desde allí trasladarse a Madrid.
Los pasajeros que optaron por no volar la noche del domingo explicaron que muchos de los que embarcaron el avión lo hicieron para no perder conexiones con otros vuelos o por necesidades de trabajo.
De hecho, el portavoz de la compañía reconoció que lo sucedido «no es una situación normal, pero ya está solucionado».
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