Viviana de Sans en un momento de la entrevista concedida en su despacho del Consell d’Eivissa. | Toni Escobar

Los años como sindicalista y como pionera en la brigada de bomberos de Aena forjó un carácter indomable en la flamante vicepresidenta primera del Consell d'Eivissa. La líder de Podemos Viviana de Sans repasa en esta entrevista sus prioridades y líneas maestras al frente de la novedosa conselleria de Transparència i Bon Govern.

— Ya han asaltado las instituciones. ¿Cómo se vive dentro? ¿Es cierto que el poder puede corromper?
—Puede ser fácil caer en las cosas que hemos criticado. La dinámica de la institución te lleva a esos cauces. Por tanto, queremos reafirmarnos en esa cercanía que reclamamos de las instituciones con las personas. Reafirmarnos en que no importa tanto el hacer ostentación en la misma institución. La propia dinámica te llevaría a coger distancia respecto a la ciudadanía por el mecanismo del ‘honorable'; queremos rehusar a este título a pesar de que por ley no se puede. Honorable es la ciudadanía.

—Vaya lío se ha formado con el nombramiento de cargos de confianza. ¿Entiende que haya gente que se sienta engañada?
—Puedo entenderlo y agradezco la pregunta porque me gusta explicarlo. Debería haber entrado una rebaja sustancial de los sueldos como un gesto hacia la ciudadanía porque no queremos estar aquí arriba; queremos estar aquí abajo cobrando lo que es justo. Luego, si me preguntas ‘¿No preferíais haber tenido menos cargos de dirección insular y haber rebajado salarios?', yo te diré que lo que preferimos es cumplir con el programa que hemos traído. Por tanto, nos hemos dotado exclusivamente del personal que creemos necesario e imprescindible para poder llevar a cabo las propuestas políticas que hemos consensuado.

— ¿Se va a bajar un 5% el sueldo de los consellers en relación a los de la pasada legislatura?
—Así es. Incluso hemos planteado ajustar un poco más en el capítulo de consellers y cargos.

—¿Por qué usted y Gloria Santiago van a ser las garantes de la transparencia del Consell?
—Habrá que hacer pedagogía porque la gente igual no entiende este departamento o que haga falta una dirección insular. No es un departamento florero, tiene mucho calado. A nivel político todos tenemos que aprender a apreciar y poner en práctica la transparencia, la participación ciudadana y las normas de buen gobierno: anteponer el bienestar de la ciudadanía sobre los intereses particulares. Estamos para fiscalizar la institución y nadie mejor para hacerlo que la gente de Podemos-Guanyem.

—¿Por dónde han comenzado ese giro de 180 grados que prometían? ¿Está todo más encorsetado de lo que pensaban?
—La sección de atención a la ciudadanía en la planta primera nos la encontramos corta de personal, con ausencias y mucha carga de trabajo. Vamos a intentar mejorar ese servicio que es el primero que percibe la ciudadanía en el Consell. Yo creo que hay margen y es gratificante ver cómo tenemos al alcance de nuestra mano esas pequeñas modificaciones que irán in crescendo y que repercutirán en unas mejoras para la ciudadanía.

—¿Cuál es el proyecto que mejor se percibirá en esta nueva etapa?
—Muchas propuestas van encaminadas a crear trabajo estable y digno todo el año. Que haya otros sectores económicos a parte del turismo es importantísimo para garantizar la calidad de vida de las personas que vivimos aquí. El proyecto de sa Coma va en esa dirección. Sectores que se van a impulsar desde este gobierno como energías renovables, rehabilitación de edificios, gestión del agua... Es un proyecto, pero rehusamos de grandes obras pues son contratos a los que optan empresas de fuera y los beneficios se van afuera. Preferimos hacer las cosas en pequeños pasos, que permitan a autonómos y ‘pymes' de Eivissa optar a esas licitaciones y contratos y que la riqueza se quede en nuestra isla. El proyecto de sa Coma irá creciendo y lo apreciará la ciudadanía.

—¿Van a dar la palabra al pueblo a lo largo de esta legislatura?
—Sin duda, sí. Como mínimo las partidas presupuestarias de proyectos que vayan más allá del 10% del presupuesto del Consell, de 8 millones, pase una consulta ciudadana que nosotros convertimos en vinculante por voluntad política. Debemos acostumbrarnos y hacer pedagogía para que los ciudadanos cojamos la sana costumbre de opinar en política y que los políticos cojamos la sana costumbre de escuchar a la ciudadanía para gobernar obedeciendo.