El Barcelona afronta el clásico como una oportunidad única de abrir una brecha de cuatro puntos con los madridistas en lo alto de la tabla, donde los azulgrana lideran con un punto de ventaja.
La clasificación ofrece un escenario no contemplado por los azulgrana hace unas semanas, conscientes de que ambos conjuntos llegarían al Clásico con mínimas ventajas, como ahora, pero con el Real Madrid liderando la tabla y con una idea de arrebatarle la primera posición.
No obstante, los diferentes tropiezos blancos que se han dado, han permitido al equipo de Luis Enrique Martínez asentarse en el liderato, que llega después de un arranque de 2015 casi con el expediente impoluto, sólo manchado por una derrota que no entraba en los planes del conjunto catalán, contra el Málaga en el Camp Nou (0-1), al margen del primer tropiezo del año contra la Real Sociedad en Anoeta (1-0).
SOLIDEZ
En diecinueve partidos seguidos en este 2015, el Barcelona ha fallado sólo en estos dos encuentros y ha firmado 17 victorias en todas las competiciones (Liga, Copa y Liga de Campeones), dando un salto de calidad que le ha situado líder en la Liga, en la final de la Copa del Rey y ya clasificado para cuartos de final en Europa, donde se volverá a medir el París Saint-Germain.
Para el partido contra el Real Madrid los de Luis Enrique sólo tienen la duda de Sergio Busquets, quien si al final entra en la lista de convocados (se conocerá el sábado), no parece que el técnico lo vaya a forzar para ocupar el pivote central en el centro del campo, posición que se espera que cubra el argentino Javier Mascherano, quien ya se perdió el encuentro contra el Eibar para no arriesgarse a una sanción, ya que está apercibido.
De esta forma, Mascherano será el que arropará a Iniesta y Rakitic en el centro del campo, mientras que la vacante que deja atrás el argentino se espera que la cubra Mathieu, en un dibujo que ya presentó el Barcelona el pasado miércoles en la vuelta de los octavos de la Champions contra el Manchester City (1-0). Sin la presencia de Busquets, Luis Enrique repetiría el once del City, con un único cambio de portero, entrando Bravo por Ter Stegen. En ataque, hace tiempo que el técnico ya no hace demasiadas probaturas ni rotaciones y el tridente azulgrana compuesto por Messi, Luis Suárez y Neymar buscará un triunfo clave y dejar tocado al gran rival.
OCASIÓN
Es el objetivo con el que llega el Real Madrid al Camp Nou, rebajar la confianza en la que se ha instalado el Barcelona y voltear la situación en la que se ha visto condenado por unos meses repletos de irregularidad. El empate en el Bernabéu ante el Villarreal y la derrota en San Mamés frente al Athletic acabaron cediendo el liderato al empuje azulgrana. Tras recuperar sensaciones perdidas gracias al regreso de Sergio Ramos en la zaga y la personalidad de Modric al mando frente al Levante, los de Carlo Ancelotti ven el Camp Nou como el escenario perfecto para regresar y asestar un golpe en la mesa.
El mejor momento de Messi contrasta con la imagen de Cristiano Ronaldo. El pulso entre dos leyendas vive un nuevo capítulo en el Camp Nou donde el portugués quiere reivindicarse rescatando su pegada.
La pegada es el mayor argumento madridista para asaltar el Camp Nou. Con 39 goles en catorce partidos alejados del Bernabéu son el equipo más goleador de la Liga a domicilio, casi tres tantos de media por encuentro. La ‘BBC' -Benzema, Bale y Cristiano- pretenden repetir en Barcelona.
Ancelotti no tiene dudas. Fiel a su 4-3-3 pedirá más implicación defensiva a los tres de arriba. En portería regresa Casillas al once y al Camp Nou, 896 días después, la defensa es indiscutible con laterales de largo recorrido como Carvajal y Marcelo más centrales expeditivos como Pepe y Ramos. Vuelve al mando descansado Kroos con Modric e Isco.
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