Fox, Lisa, Rex, Poncho, Nula o Toy son algunos de los 12 perros que acudieron ayer a la jornada de adopción responsable que tuvo lugar en el Parque de la Paz organizada por el Ayuntamiento de Eivissa.
Durante toda la mañana fueron muchas las personas que acudieron para colaborar con los voluntarios de Sa Coma, bien través de donativos directos a la hucha de fondos o con la compra de camisetas, chapas y mochilas para colaborar con los gastos de los ‘peludos' en el centro de recuperación. Además, aprovecharon para conocer a los canes mediante paseos por la plaza e incluso por el centro de la ciudad.
La jornada también contó con exhibiciones de agility y con la colaboración de la asociación Voluntaris d'Eivissa. En la actualidad, según explicó Miguel Quiñones, veterinario de Sa Coma, hay alrededor de 40 canes esperando ser adoptados en Sa Coma. «El objetivo de esta jornada es hacer visible la labor de los voluntarios de este centro, además de encontrar un hogar para los perros», aseguró Quñones, quien agradeció la labor de los voluntarios y explicó que son muchas las personas que colaboran, bien con los paseos semanales (que tienen lugar los unes, miércoles y viernes de 09,00 a 11,30h), ayudando con la web o recaudando fondos. «Hay una red muy amplia de voluntarios, personas que colaboran de diferentes maneras. Animo a la gente a que venga al centro de Sa Coma y vea cómo están los animales y qué se puede hacer por ellos», explicó Quiñones, quien afirmó que el perro que más tiempo lleva en Sa Coma es uno de raza peligrosa que vive allí desde hace dos años. Durante la mañana de ayer no se formalizó ninguna adopción, pues dejan unos días «para que la gente no actúe por impulso; queremos que estén realmente convencidos de la adopción». Así, las personas interesadas en adoptar un animal dejaron ayer sus datos y acudirán mañana a formalizar las adopciones en el centro.
1 comentario
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Me pregunto si no podrían haber fotografiado el perro con una postura más decente. Vamos, que no hacía falta enseñar los genitales de ese modo tan grosero. Un poco de pudor y recato nunca está de más.