Este jueves, una noticia sorprendió al mundo cultural y editorial de Eivissa a través de las redes sociales. Miquel Costa, el dueño de la Llibreria Mediterrània anunciaba que dejaba el cargo tras 20 años al frente de este referente en la venta de libros, ensayos o revistas relacionadas con la isla. Sin embargo, no cierra sino que a partir del 1 de marzo queda en las magníficas manos del joven historiador de 29 años, Vicent Marí Costa.
«Nunca quise ser el referente de nada sino un sencillo defensor de la cultura y la lengua ibicenca», explicó ayer a PERIODICO de IBIZA Y FORMENTERA el propio Costa, visiblemente emocionado, mientras recordaba como puso en marcha este negocio en la Avenida de España de Vila como una «extensión» de la Editorial Mediterrània que él mismo dirigía y dirige. «Fue hace 20 años, cuando la cultura y nosotros mismos gozábamos de mejor salud y energía, y ahora, a pesar de que sé todos los esfuerzos que se han hecho, no me creo que hayamos llegado tan lejos».
En este sentido, Costa, quien asegura que siente «cierta nostalgia» al echar la vista atrás, afirma que el secreto para que esta librería sea un referente, es «habernos estimado a nosotros mismos como isla, como ibicencos y como catalano parlantes, y haber intentado dar cabida a todo el mundo que tenía algo que publicar en Eivissa».
Algo que le ha permitido conocer a infinidad de personas a lo largo de estas dos décadas, muchas de las cuales «han pasado de ser meros clientes o escritores a ser amigos para siempre». «No sabría decir la gente que hemos apoyado durante este tiempo, ni a los que no lo hicimos y ahora nos arrepentimos porque somos humanos, pero lo más importante para mí es la amistad que he conseguido hacer con ellos a través de un trato personal que va más allá del de un mero vendedor», confirmó.
Joven sobradamente preparado
Ahora su testigo lo cogerá el 1 de marzo Vicent Marí Costa, un joven de 29 años licenciado en Historia y que ha trabajado en la librería durante dos etapas. La primera del 19 de octubre de 2009, cuando al entrar a comprar libros fue casi reclutado por Miquel, hasta el 19 de octubre de 2013, y la segunda, desde 2014 cuando regresó de Belfast, Irlanda del Norte.
Asegura que tiene por delante un «grandísimo reto» pero que está «muy ilusionado» por lo que le viene encima. «Estamos en un momento muy complicado para la cultura en general, tanto por la situación económica como por la falta de ayudas, pero no hay nada más apasionante que seguir con uno de los negocios más emblématicos de la historia de Eivissa», confesó ayer.
Precisamente, ya baraja algunas ideas para revitalizar esta falta de ventas que se nota en las librerías españolas. «No hay que dejar la esencia de la Llibreria Mediterrània pero tal vez tendríamos que potenciar las redes sociales, crear secciones infantiles o hacer talleres o clubes de lectura», resumió antes de confirmar que jamás se perderá «el trato familiar que hace que cuando se entra a Ca Mediterrània se sepa cuando se entra pero no cuando se sale».
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