La fiebre del ‘pebràs'

Todos estos rovellons proceden de los bosques de Soria, donde se está viviendo una gran temporada. María Cardona nos explica que en su puesto están vendiendo una media de 15 kilos al día: «Ha llovido mucho por esa zona y han salido muchos, ése es el motivo de los bajos precios. El otro día un ibicenco me explicó que venía de Soria con el coche lleno de cajas cargadas con rovellons, nos contaba que había una barbaridad y mucha gente dedicándose a recogerlos». Ella anima a sus clientes a llevárselos en grandes cantidades: «Hay que aprovechar y comprarlos ahora, ya que se pueden sofreír y congelar y luego en invierno no hay».

El frutero Juan Tur asegura haber vendido 50 kilos en dos días de unos. «Están bastante sanos», nos comenta. Tur no tiene muchas esperanzas de ver aparecer el rovellón ibicenco por el mercado: «Aún no ha salido, porque es ahora cuando ha empezado a llover. La gente que va a pasear al bosque dice que ve alguno, pero muy pocos. Necesitan frío, con el calor enseguida les sales los ‘visitantes'», explica. Para saborearlos los vendedores nos recomiendan cocinarlos solos en la sartén, sólo con un poco de ajo, perejil, aceite y sal.