Durante el período comprendido entre el 1 de enero y el 31 de octubre han sido beneficiarias de la renta mínima de inserción 92 familias, de las cuales 34 eran ya beneficiarias en el ejercicio 2013. En esta cuantía facilitada por la máxima institución insular no están incluidas las altas de noviembre, ya que aún no han percibido el primer pago. En octubre el número de unidades familiares que optaron a esta renta mínima fue de 44. La cuantía por unidad familiar oscila entre los 500 y los 700 euros en función de su situación y de las personas que tiene a su cargo.
En la memoria elaborada por la máxima institución insular sobre la renta mínima de inserción correspondiente al año 2013 se reflejan un total de 62 solicitudes, nueve menos que en el año 2012. El municipio que tramitó más solicitudes fue la cuidad de Eivissa con un 62,90% del total.
El pasado ejercicio se convocaron un total de 12 reuniones técnicas para evaluar las 62 solicitudes tramitadas desde los diferentes servicios derivados.
Del año 2012 al 2013 se produjo un ascenso del 3,45% consecuencia, destaca el informe elaborado por el Consell, «de una persistente situación desfavorable y de crisis en la economía del país y más concretamente en las Pitiüses, con un descenso considerable de demandas del mercado laboral». En 2014 este aumento será más acusado y el número de familias que perciban esta retribución superará el centenar.
Partiendo de que la concesión inicial es de 12 meses, la media de percepción se sitúa en los 10 meses, lo que significa, detalla el documento institucional, «que nos encontramos ante una prestación económica de larga duración y que en muchos casos crea cronificación y dependencia».
La población residente en el municipio de Vila fue el pasado año la que más solicitó la prestación y la que más la percibió. Al igual que en 2012, fueron las mujeres las que en mayor número resultaron titulares de la prestación con un porcentaje del 68,89%.
El informe concluye con una mención especial sobre la situación de los inmigrantes: «A la hora de establecer y pautar el itinerario de inserción de los destinatarios de la renta mínima de inserción se detecta una carencia de entidades, programas o servicios a los que pueden acceder (actualmente sólo Cáritas y Deixalles son las entidades donde se puede derivar a este colectivo por su asistencia a unos itinerarios de inserción) existiendo un vacío importante en el plan formativo con dificultad para acceder a los cursos del SOIB y de las otras instituciones». «Esta situación –prosigue el dossier en sus conclusiones– conlleva desigualdad en el planteamiento técnico de las contraprestaciones, por lo que no se pueden establecer de manera igualitaria con todos los titulares los compromisos que deben adquirir con el programa».
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