Por ello, desde hace unos años tanto el Institut d'Estudis Eivisssencs, que organiza un encuentro este sábado en la plaza de Jesús, como algunos colegios de la isla se han propuesto llevar a cabo actividades para inculcar a los niños que durante estos días hay vida más allá de esta fiesta norteamericana.
El colegio Guillem de Montgrí de Sant Antoni siempre ha sido uno de los más activos al respecto y todos los años organizan excursiones con sus niños de Primaria al merendero de S'Atalaya donde además de buscar frutos secos también disfrutan con juegos y talleres relacionados con el tema. Así, este año, desde las once y hasta la una y media, los participantes se lo pasaron en grande inventándose una canción relacionada con sa trancada de pinyons, buscando por el bosque a personajes mitológicos pitiusos como els familiers y els barruget, maquillándose o jugando a la cuerda y al mocador o pañuelo. E, incluso, a los más pequeños, los de Infantil, les contaron un cuento sobre el tema para concienciarles sobe la importancia de mantener las tradiciones ibicencas.
Junto al molino
Pero los estudiantes del Guillem de Montgrí no fueron los únicos que pasaron una mañana entre frutos secos. Igualmente, unos 450 alumnos del Colegio Puig d'en Valls, que ya habían preparado un trabajo previo, hicieron una escapada hasta el molino cercano. Allí, además de desayunar entre amigos, conocieron los distintos frutos secos, se las ingeniaron para abrir nueces y piñones, disfrutaron con sus amigos en juegos tradicionales y de regalo, realizaron una visita guíada para conocer el molino y su funcionamiento.
En plena ciudad
Y antes de todos ellos, los más madrugadores fueron los 450 estudiantes del colegio de Sa Graduada de Vila.
En esta ocasión, se dividieron en dos grupos dado el volumen de participantes. Cuatro de ellos, compuestos por los más mayores, se marcharon hasta el el Parque de la Paz de Vila donde llevaron a cabo un desayuno conjunto a base de frutos secos mientras los más atrevidos intentaban abrir nueces y piñones golpeándolas contra las pocas piedras del lugar. Igualmente, otros seis grupos, formados por los más pequeños, se marcharon hasta el Bulevar Abel Matutes donde repitieron casi lo mismo. Además, en ambos casos, todos ellos pudieron jugar con las distintas actividades preparadas por la Escuela de Tiempo Libre y Animación S´Espurna y que, como no, estaban relacionadas con las tradiciones pitiusas
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