La convocatoria ha resultado todo un éxito y hasta el Palau de Congressos de Santa Eulària han acudido para participar en las jornadas más de cien conferenciantes de todo el mundo y más de quinientos asistentes entre doctores, profesores, psiquiatras o simplemente simpatizantes de la comunidad ayahuasquera.
Según explicó José Carlos Bouso, director de proyectos científicos de la fundación ICEERS, el encuentro trata de dar respuesta al «gran interés» que ha despertado en la última década este conjunto de bebidas enteogénicas resultantes de las decocciones de varias plantas de las regiones del Amazonas. «En apenas unos años el interés y el uso de la ayahuasca se ha expandido de manera exponencial y eso ha permitido un gran avance en la investigación científica sobre sus efectos, riesgos y potencial terapéutico y en los desafíos legales, éticos y de sostenibilidad que plantea su uso», aseguró.
Multidisciplinar
Para conseguirlo, esta conferencia mundial de Eivissa pretende ser un «evento multidisciplinar» que reúne a cerca de cien conferenciantes, expertos en antropología, psiquiatría, farmacología, biomecánica o derecho, llegados de países como Chile, Ecuador, estados Unidos, Gran Bretaña, Brasil, México, Bélgica, Holanda, Canadá y por supuesto España. «La intención es intercambiar experiencias y conocimientos y mirar al futuro de este producto que en menos de cien años ha pasado de ser algo que se cultivaba únicamente en las tribus del Amazonas a ser algo cada vez más demandado por la valiosa aportación que ofrece para el desarrollo personal y terapéutico».
En este sentido el representante de ICEERS quiso desmontar la imagen que en ocasiones se tiene de la ayahuasca como una droga. «Es cierto que su popularización trae prácticas irresponsables, oportunistas e inmorales que faltan al respeto a la tradición indígena, pero la ayahuasca va mucho más allá y ya se ha demostrado que tiene unos beneficios terapéuticos concretos en materia psiquiátrica alejado de lo que es la heroína, la cocaína o el extásis», confirmó Bouso.
Por ello, este experto asegura que aún queda mucho camino por recorrer para «promover el uso constructivo, profesional y regularizado de las plantas psicoactivas para el beneficio individual y comunitario». En este sentido Jose Carlos Bouso resaltó los trabajos que se realizan en Perú, «donde la ayahuasca está reconocida como patrimonio cultural», o en Brasil, «donde se llevan a cabo avanzados estudios en contextos clínicos», ya que en el resto del planeta la ayahuasca tiene «una situación legal ambigua que impide que se desarrollen protocolos de investigación clínica».
Así mismo, lamentó que otro de los actuales obstáculos es «la ola de detenciones y los procesamientos» a que han sido sometidos desde 2009 muchos de los trabajadores de la ayahuasca en varias regiones del mundo, particularmente en Europa, «acusados por una legislación cada vez más dura, confusa y contradictoria, de supuesto narcotráfico y brujería clandestina que pone en peligro la salud pública».
En España
Mientras todo esto sucede en España, según José Carlos Bouso, se están llevando a cabo muchas investigaciones farmacológicas que estudian los efectos a largo plazo en personas que han consumido la ayahuasca durante años. En este sentido, aseguró que la Fundación ICEERS, con sede en Barcelona y Montevideo, es una de las «pioneras» en hacer estos estudios y así han conseguido detectar que «no hay efectos secundarios ni deterioro neurocognitivo en personas que han consumido estas hierbas durante 30 años de forma consecutiva».
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