La vicerrectora de Cultura, Proyección Social y Sedes Universitarias de la UIB, Mª Antònia Fornés, afirma que este año no aumentará la oferta académica en la extensión universaria pitiusa y que se mantendrá el porcentaje de clases por videoconferencia, un 70%. Fornés defiende que la UIB no tiene «nada que envidiar» a otras universidades de la Península, por eso anima a los estudiantes a que tengan en cuenta la oferta que se puede cursar en las Pitiüses.
—¿Qué novedades en cuanto a oferta académica presenta la UIB este año para las Pitiüses?
— Se mantiene la misma oferta de estudios del año pasado: ADE, Derecho, Enfermería y Magisterio de Educación Primaria.
—¿Han recibido peticiones de alumnos para que se implante alguna carrera en concreto?
—No me consta que haya peticiones en este sentido, pero no todas las carreras se pueden impartir en Eivissa porque cuando haces una previsión o proyecto tienen que ser carreras que sepas que van a tener demanda, como Derecho o Magisterio; las más minoritarias es complicado que lleguen.
—¿Esperan superar los 341 alumnos matriculados del año pasado?
—Siempre es una incógnita cómo serán las matriculaciones, pero es cierto que en los últimos años ha habido un incremento de personas que por la crisis o por los motivos que sean se apuntan para cursar estudios superiores.
—¿Hay más alumnos que se matriculan en Eivissa en lugar de salir a la Península?
—Hay una oferta universitaria en las Pitiüses con la que no tienen por qué salir fuera. No se ofertan todos los estudios, pero los que están sí que pienso que pueden interesar. La UIB no tiene nada que envidiar a universidades más grandes.
—¿Este curso habrá más estudios de postgrado y másters?
—Este año no, pero intentamos aumentar esta oferta. Se volverá a impartir el máster en formación del profesorado y continuaremos ofreciendo charlas, coloquios y seminarios para completar la formación del alumnado.
—¿Qué objetivos se marca la UIB para la sede pitiusa?
—La meta es mantener como mínimo la oferta que estamos dando en la actualidad y poder incrementarla. También estamos trabajando en mejorar el sistema de videoconferencia; estamos intentando instalar un nuevo sistema más moderno y con el que se notará la diferencia porque la tecnología siempre cambia muy rápido y hay que adaptarse. El promedio es que un 70% de las clases se da por videoconferencia y un 30% son presenciales con profesores de Eivissa y los que se desplazan desde Palma.
—¿Aumentarán las clases presenciales?
—Según mi punto de vista no es un inconveniente que se hagan clases por videoconferencia porque permite a los alumnos de aquí hacer como si estuvieran en Palma. Si aumentas la presencialidad tiene el lado bueno de que tienen el profesor con ellos en la clase, pero el lado malo es que se quedan un poco al margen del resto de la clase porque al final es todo una clase entre los alumnos de Palma, Menorca y Eivissa. Los alumnos de Menorca y Pitiüses se sienten más integrados con el sistema de videoconferencia. Las clases son por videoconferencia, pero luego los docentes viajan a la isla para ver y hacer tutorías con los alumnos.
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