Ni aquellos con más imaginación podían esperar anteanoche toparse en una discoteca de Eivissa con la mismísima Madonna. La diva norteamericana llegó a la discoteca DC-10, apenas se dejó ver, se ocultó de todos los que quisieron fotografiarla, pero según algunos testigos no dejó de bailar y disfrutar de la noche.
Madonna llegó a DC-10 vestida de manera muy informal e hizo poner una tela para que no la pudiesen ver el resto de mortales mientras ella bailaba junto a sus amigos y disfrutaba de la música de los dj de DC-10.
La cantante llegaba a Eivissa tras celebrar en Cannes su fiesta de cumpleaños (56) acompañada por sus hijos y muchas celibrities. Como para los famosos ir de un sitio a otro es cuestión de coger un jet privado, la cantante se plantó por la noche en Eivissa y, poco después de llegar al aeropuerto, se dirigió con su séquito a la discoteca DC-10, donde exigió máxima intimidad y no ser fotografiada. Sin embargo, uno de los afortunados (y sorprendidos) que había ido a la misma discoteca esa noche pudo hacer una fotografía fugaz y colgarla en las redes sociales.
Entre los afortunados que asistieron al final de fiesta de Madonna en Eivissa se encontraba Kate Moss, habitual en la isla. Algunos digitales apuntan a que la cantante habría aprovechado su presencia en Eivissa para pasar unos días, siempre rodeada por un amplio equipo de seguridad.
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