El puerto de Eivissa recibió ayer la llegada de cuatro cruceros repartidos en la zona de es Botafoc y el muelle viejo. En es Botafoc se encontraban el MSC Sinfonia, operado por Transcoma Baleares, que desembarcó a cerca de 2.850 visitantes, mientras que el Costa Favolosa (operado por Baleares Consignatarios) trajo a la isla a 3.704 cruceristas y 1.016 tripulantes. También en es Botafoc atracó el Crystal Serenity (traído por A. Pérez y Cía) que dejó en Eivissa a 1.100 pasajeros. La empresa consignataria de este último destacó que el Crystal Serenity recaló ayer en aguas pitiusas por primera vez y que también escalas programadas para el año que viene.
En el muelle viejo atracó el Seabourn Sojourn (operado por Latinmar), que desembarcó a 451 cruceristas y a un total de 348 tripulantes. En total, Eivissa recibió en el día de ayer a 8.105 cruceristas que, con un gasto medio de 100 euros según el último estudio de impacto económico publicado por la Autoritat Portuària de Balears (APB), dejaron en la Isla 810.500 euros. Los consignatarios destacaron, además, que la tripulación también cuenta con horas de descanso y desembarco, por lo que también gastandinero en su estancia en la isla.
El impacto
Cabe recordar que los cerca de 200.000 cruceristas que llegaron a Eivissa el año pasado gastaron aproximadamente 20 millones de euros, según las estimaciones de gasto medio por turista de la APB.
Durante el día de ayer, la frenética actividad crucerista de es Botafoc y el muelle viejo de Eivissa se repartió por diferentes puntos de la ciudad, pues los cruceristas hicieron excursiones por puntos como Dalt Vila.
La afluencia de turistas se notó ayer en la oferta complementaria, según destacaron desde Pimeef. La patronal del pequeño y mediano comercio además está elaborando un mapa para cruceristas con comercios y restaurantes, tal y como recordó ayer Alfonso Rojo, vicepresidente de Pimeef. «Los asociados están al corriente de la llegada de cruceros y creo que a final de temporada se notará el impacto económico en la oferta complementaria. Es un tipo de turismo al que no estamos acosumbrados porque hasta hace poco no llegaba mucho, pero bienvenido sea».
En esta misma línea se expresó ayer el presidente de Pimeef Restauració, Juan Riera, para quien es «indudable» el beneficio que comporta la llegada de cruceristas a la Isla. «Pienso que ayuda a tener una buena temporada y, además, puede ser la solución para alargar la temporada turística. La oferta complementaria tenemos que aprovechar este tipo de turismo», afirmó Riera, quien precisó que los empresarios «tenemos que aportar nuestro granito de arena porque lo que no puede ser es que uno o dos cruceros lleguen en noviembre a Eivissa y esté todo cerrado». Así, según reflejan las estadísticas de la APB, es preciso señalar que este año llegaran dos cruceros fuera de temporada: el Royal Clipper atracará el 28 de octubre, mientras que el Deutschland será el último buque crucerista del año y llegará a la isla el 8 de noviembre.
El presidente de Pimeef Restauració destacó que durante la jornada de ayer se notó la afluencia de turistas en la ciudad: «Ha habido mucha circulación de visitantes de crucero; ha sido un día fantástico». La «única queja» que le transmitieron los delegados de los cruceros es que «hay pocos taxis adaptados para gente que va en silla de ruedas». «Estos barcos mueven mucho volumen de gente y se puede saber con antelación si viene gente que necesita taxis adaptados», afirmó.
El puerto de Eivissa recibirá este año un total de 119 escalas frente a las 109 que registró el año pasado, lo que supone un crecimiento del 9,1% respecto al 2013, según se refleja en las estadísticas de la APB. Por el momento, para el año que viene hay programadas un total 93 escalas. Cabe destacar que para el año que viene está previsto que la prolongación del muelle sur de es Botafoc esté concluida, por lo que se podrán albergar cruceros de hasta 300 metros de forma simultánea.
2 comentarios
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Este tipo de turismo, normalmente no se mueven por los mismos sitios que el resto de turistas que vienen a Ibiza. Seguro que han subido a la catedral y parte del casco viejo, luego comerían en algún restaurante donde te cobran por estornudar, algún café-concierto y poco más o menos.
Un pelín exagerado el gasto por crucerista, no?? Porque yo no he visto ni uno de esos 100€ que, en teoría, se gastan por cabeza.