El fervor de Semana Santa se despide de Vila

Y es que aunque la salida de la catedral de las seis cofradías más la asociación de fieles del Nuestro Padre Jesús Cautivo fue el más rápido de los últimos años el posterior transcurri de la procesión se alargó sobremanera poniendo a prueba la paciencia del numeroso público congregado por las calles de Dalt Vila y el barrio de la Marina.

El Jesús Cautivo fue un año más el encargado de dar el pistoletazo de salida al Santo Entierro. Lo hizo con puntualidad casi británica, a las 20,35 horas y bajo los acordes del himno de España, y tras la puerta se encontró con lo que se fue la tónica en la plaza de la catedral: miles de personas armadas con sus teléfonos móviles y sus cámaras de fotos que acabaron con estrechar tanto el cerco que pusieron a prueba la habilidad de los cofrades y de las respectivas agrupaciones musicales para salir del lugar con cada una de sus imágenes.

A pesar de todo, la Cofradía del Jesús del Gran Poder, el Santo Cristo de la Agonía, Nuestra Señora de la Piedad, con sus legionarios, Nuestra Señora de los Dolores y finalmente, el Cristo Yacente, este último entre un sobrecogedor silencio, consiguieron su objetivo y antes de encaminarse por las angostas calles de Dalt Vila recibieron su correspondiente ración de aplausos.

Todo ello, en un tiempo récord puesto que ante el asombro de los más veteranos la última imagen salió por la puerta de la catedral a las 21,20 horas. «Increíble, esto no lo había visto nunca, se nota que este año parece que se han tomado en serio eso de que no se llegue a las dos de la mañana al paseo de Vara de Rey», comentaba Josefa a su marido Antonio mientras se santiguaba al paso del Cristo Yacente.

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