—¿Cuál es el objetivo del curso?
—Aplicamos un protocolo completo de la universidad de UCLA. Los cursos que hemos hecho hasta ahora han sido genéricos, pero nos dimos cuenta de que los profesionales y las familias necesitaban temas muy concretos. El autismo es muy amplio y por eso hemos pensado una serie de monográficos para hablar de habilidades de juego y escolarización con temas más concretos dirigidos a personas interesadas en cómo jugar con un niño con autismo, enseñarle a jugar o cómo encarar un proceso de escolarización.
—¿Cómo se puede jugar con un niño que padece autismo que tiende al aislamiento?
—El niño con autismo, más allá de la etiqueta diagnóstica, no deja de ser un niño. Para jugar, un niño que no tiene autismo lo que hace es divertirse, representar cosas que ha visto o manipular cosas. La tendencia de un niño con autismo es de más bien jugar solo, pero se trata de enseñar al niño otras opciones que, por un lado son más apropiadas, pero, sobre todo, son igual o más divertidas que el aislamiento al que tiende. Tratamos de dar herramientas para que disfrute de ese juego.
—¿En qué comportamiento se ha de trabajar más con el niño autista?
—El problema del autismo es que es una patología muy global, no hay un área más afectada que la otra. Te puedes encontrar aspectos de lenguaje, juego, comportamiento, comer o el sueño. Obviamente, el desarrollo del lenguaje es una de las prioridades en el niño con autismo, ayuda mucho en la reducción de comportamientos inapropiados, más independencia en el entorno escolar o social. Tenemos que tener en cuenta que muchos niños tienen comportamientos inapropiados en forma de rabieta y los aíslan más en cuestiones de aprendizaje. El autismo es una patología muy individualizada, en la que dos niños con síntomas diferentes tienen el mismo diagnóstico y el abordaje es diferente.
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