Las miles de personas que ayer fueron a Vara de Rey puntuales como un reloj, que abarrotaron las terrazas de los bares del paseo esperando a que empezara la manifestación o que incluso habían decidido comer en Vila para estar a la hora precisa en el encuentro, lo entendieron: ni la pereza, ni la siesta del sábado, ni estar en la otra punta de la Isla eran motivo suficiente para perderse la oportunidad de formar parte de la marea azul, que ayer el movimiento social Eivissa Diu No, consiguió con creces. Fueron conscientes de que razones de tan poco peso no podían disuadirlos de salir a la calle para hacer una demostración de fuerza contra el Gobierno y su mano tendida a las prospecciones petrolíferas. Diez mil, quince mil, dieciocho mil, veinte mil, las cifras de participación fueron aumentando a medida que pasaba la tarde para sorpresa de todos.
La asistencia de José Ramón Bauzá, que al principio escatimaba en declaraciones a la prensa, también dejó boquiabierto a más de uno. «Si es que no quiere protagonismo», comentó el conseller Vicent Roig, feliz por contar con la plana mayor del Govern, entre los numerosos consellers y cargos del PP que acudieron en grupo ataviados con la camisetas azules de Eivissa antipetrolífera. Al final, Bauzá tuvo igualmente su protagonismo, atendió a los medios y se llevó algunos gritos de dimisión mientras caminaba entre la gente. Más desapercibidos estuvieron los progresistas y cargos de otros partidos, que acudieron, pero por separado, con familiares y amigos.
El acto estuvo perfectamente organizado y superó todas las expectativas. A las 16,30 horas el poeta Ben Clark leyó el manifiesto en un escenario ubicado junto al reloj de Vara de Rey, con un mensaje de solidaridad hacia Canarias para decirle: «estamos con vosotros». La ternura la pusieron los niños frases como «no quiero petróleo y si los peces pudieran hablar, dirían lo mismo» y gritando «Eivissa diu no» al unísono frente a los miles de adultos que ya abarrotaban Vara de Rey. Y comenzó la marcha. Minutos antes de las cinco salió de Vara de Rey innovando con un trayecto por la avenida Santa Eulària del que habría que tomar nota para próximas protestas. Abuelas, abuelos, padres, madres, hijos, hijas y hasta mascotas dieron forma a la marea azul, en una manifestación planificada al detalle por los 41 voluntarios de Eivissa Diu No. Los organizadores dividieron a los asistentes en cinco cabeceras, cada una con su pancarta y un lema: «No a las petroleras, sí a las renovables», «Soria dimisión», «Eivissa sencera diu no a las petroleras» y «Posidonia sí, petróleo no», destacaban como mensaje, mientras una banda de música o percusión ponía ritmo al paso de cada grupo. Los barcos atracados en el puerto, como el Posidonia de Baleària, animaron a la gente con sus bocinas, y los cánticos de «Soria dimite, la gente no te admite» y las silbatinas de rechazo a los sondeos se sucedieron, en lo que sin embargo fue una marcha muy familiar y creativa. No faltó la mascota de la reivindicación, una persona disfrazada de podenco con el que las familias se hacían fotos, ni los personajes circenses sobre zancos. Los noes al petróleo se plasmaron en peces, corazones y carteles de diferentes formas, y hasta un drone sobrevoló la protesta haciendo fotos desde el aire.
Pasadas las 18,00 horas, cuando la marea había alcanzado su objetivo, llegar al parque del paseo Joan Carles I, ubicado junto al puerto deportivo Marina Ibiza, comenzaron los conciertos. Otro escenario esperaba a los manifestantes con música en vivo y un nuevo discurso. Esta vez, fue el voluntario de Eivissa Diu No, David Sala, que resumió en una frase lo que se esconde bajo la alfombra: «El ministro de Medio Ambiente, Arias Cañete, tiene reconocidos más de 300.000 euros en acciones petroleras», señaló Sala, en medio de la silbatina del público, antes de recordar lo que ayer quedó patente: «Si la ciudadanía se moviliza, los políticos vienen detrás», añadió el portavoz.
También sobre el escenario, la bióloga del GEN, Marga Serra, explicó las efectos negativos de las prospecciones, y después hubo más música en directo para cerrar una jornada completa y muy bien planificada. Un verdadero premio para los que no se quedaron en casa y decidieron salir y sumar por el bien de todos.
MANIFESTACIÓN: El ambiente
Y la marea ganó a la siesta
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1 comentario
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Yo me quedé tranquilamente en casa viendo la Tv. No pienso seguirles el juego a estos señoritos isleños que no quieren perder sus sueldos millonarios.