Los vecinos también denunciaron que en la zona se vertió tierra extraída del nuevo parking de Santa Eulària.

Un ingeniero de minas que está ayudando a los vecinos a preparar sus alegaciones contra la reactivación de la cantera de s’Argentera de la carretera de Sant Carles advirtió ayer de los nocivos efectos que puede tener esta explotación. Tras estudiar el proyecto y visitar la zona, Luis Jordá ha podido verificar que tendrá un «gran impacto visual», ya que se duplicará su tamaño y el boquete que ya existe actualmente crecerá hacia arriba y lateralmente.

Tras los 15 años de explotación que llevará a cabo la empresa Ibinvestur S. L. (Suministros Ibiza) está previsto que se haga un plan de restauración, ya que es obligatorio, pero durante todos los años en que esté activa tendrá «un impacto visual importante». «En total, entre la explotación y la restauración pueden sumar un total de 30 años», explicó Jordá, que recordó el efecto que esto puede tener sobre el turismo y la economía de la zona.

De hecho, este ingeniero indicó que el impacto económico positivo que va a tener la cantera en su entorno es «muy inferior» al detrimento que puede provocar en los negocios que hay alrededor. Según Jordá, la extracción suele tener un impacto económico positivo, pero en el caso de Eivissa la isla «no vive de esto» y generan más dinero los establecimientos hoteleros, los bares y restaurantes cercanos.

Pero el impacto visual no es el único problema al que se tendrían que enfrentar los vecinos, según este ingeniero de minas, ya que la cantera también produciría ruido y polvo, tanto por la explotación como por el transporte del material.

En cuanto al ruido, el impacto de la explotación en sí «no se prevé que sea excesivo», porque se colocarán unas barreras. «Los vecinos cercanos lo oirán, pero los demás no», señaló este ingeniero.