Una década con el mar como terapia

Algo que demuestra que este proyecto, que comenzó de la mano de la asociación Adas con únicamente cuatro alumnos, no ha parado de crecer. «Al principio sólo participaron personas con discapacidad sensorial y luego se han ido sumando discapacitados físicos, psíquicos, personas con fibromialgia, y este año un nuevo grupo de adolescentes de la Asociación de Padres de Niños y Adolescentes con Discapacidad de Ibiza y Formentera (Aspanadif)», aseguró el propio Cárceles. El objetivo principal es, según su director, que todas estas personas se diviertan y disfruten con el mar dentro de sus posibilidades. «No hay nada comparable a ver cómo sonríe una persona que lleva mucho tiempo sin hacerlo en cuanto toma contacto con el agua o cuando comienza a jugar con los monitores», subraya Cárceles.