Hasta cerca de 300 personas se concentraron ayer desde las 19,30 horas en el paseo de s'Alamera con el fin de esperar de forma conjunta el resultado de la negociación que se celebraba en Mallorca. Un día más, el verde, el que dicen que es el color de la esperanza, volvió a teñir el paseo. Poco antes de las 20,00 horas, en s'Alamera se empezaban a tender los primeros pareos y las primeras esterillas para dar paso así a una cena de ‘senalló'. A esas horas aún no había caído la noche y el ambiente era un tanto esperanzador. Algunos tuvieron que acudir a los establecimientos de alrededor a hacerse con avituallamiento: la jornada de espera se preveía larga, muy larga. Otros, venían preparados ya de casa: neveras repletas de bebidas frescas, tuppers con ensalada de pasta, patatas, ensalada y los recurrentes bocadillos. De hecho, algún profesor aprovechaba la jornada reivindicativa para celebrar, incluso, su cumpleaños.

A los pies del general Vara de Rey se encendieron decenas de velas para hacer más visible su estancia y para mostrar su rechazo a la implantación del TIL. Otros, se afanaban en poner con las velas el lema ‘Volem consens' o ‘diàleg‘ sin percatarse de que así como se encendía cada una de las velas los más pequeños las apagaban. Y, a pesar, de que se convocó con la intención de ser una concentración silenciosa, todos los docentes aprovecharon el encuentro nocturno para intercambiar sus opiniones.

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«No tenemos ninguna prisa, aquí estaremos hasta que se acabe la reunión», indicaba una de las integrantes de la Coordinadora del Professorat Preocupat pasadas las 21,00 horas cuando les llegaba justo el mensaje de sus compañeros que se encontraban en Mallorca. Ese mensaje anunciaba que se volvía a retomar la reunión tras un segundo receso y la intención era, a esas horas, no levantarse de la silla hasta lograr el maldito consenso que llevan más de quince días reclamando.

Mucho verde pero poca esperanza era lo que se respiraba una vez llegada la noche en Vara de Rey. El cansancio, la actitud chulesca del Govern balear y el menosprecio tras el éxito de la manifestación empiezan ya a afectar al profesorado, que cada vez ve más negro esto de llegar a un consenso. Y así lo expresaba un profesor en una pancarta ‘Podemos acabar las fuerzas, pero no la ilusión'. Aun así, muchos de los asistentes que ayer acudieron a s'Alamera se encontraban algo ilusionados por poder contar en centenares a los asistentes a pesar de llevar ya tres semanas de protesta.

Cerca ya de la diez, y bajo la oscuridad de la noche cerrada y solo a la luz de alguna vela, los docentes se mantenían a la espera de noticias. A ser posible buenas. Una pancarta lo resumía todo: ‘Lucharemos hasta el final por un futuro mejor'.