Los sindicatos están viviendo un verano «movidito» por el volumen de consultas que llegan sobre modificaciones sustanciales del contrato y, sobre todo, sanciones y amonestaciones «ridículas» que acaban desembocando en despidos disciplinarios. «Nos llegan trabajadores con sanciones que no tienen ni pies ni cabeza, son ridículas, pero claro si no se impugnan pueden acabar en despido disciplinario procedente. Por ejemplo, un trabajador que fue sancionado por transportar ropa en una bolsa que no tocaba; esto se le dice y no tienes por qué sancionarle», explicó Anne Marie Fussa, secretaria de Acción Sindical de CC OO, quien aseguró que este tipo de sanciones se está usando «como paso previo al despido» sobre todo para los fijos y fijos discontinuos. «Pienso que también se puede estar dando en eventuales, pero al ser un contrato temporal la gente tiene más miedo a reclamar», precisó.

La secretaria de Acción Sindical puso de manifiesto que incluso les han llegado el caso de una persona «que recibió una sanción el lunes, otra el miércoles y el despido el viernes». «Las sanciones no hay que aceptarlas sin más; hay que impugnarlas porque vemos muchos casos en los que se pretende preparar un posterior despido. Si tienes dos faltas graves en tu expediente que no has impugnado y la empresa te despide puede alegar que el despido es procedente por reincidencia, por eso es importante impugnar las sanciones», añadió Fussa.